EL NERVIOSISMO Y LA PREOCUPACIÓN: actúan a la contra del desarrollo de la calma y la visión profunda, inquietan a la mente. La mente agitada tiene la tendencia a preocuparse, y este círculo sólo puede romperse percibiendo la presencia del obstáculo, observándolo con atención y reflexionando sobre la futilidad de permitir que prosiga. Hasta que esto no se logre, no podemos reanudar nuestro propósito. La inquietud y la preocupación se apoderan de la mente cuando se pierde la paz mental. En este caso podemos decir que el cuenco de agua ha sido agitado por el viento, lo que produce torbellinos. El remedio estriba en aprender a no preocuparse, pues ello hace perder un tiempo valioso observación. El éxito en cualquier aspecto de la vida nunca proviene de la preocupación, sino poniendo atención en todo lo que debe hacerse.
El temor y las preocupaciones son el precio que tiene que pagar el hombre por pertenecer a la especie humana. Esa capacidad de sentir la ansiedad y la inquietud es el terreno donde nace y se desarrolla lo humano. Nadie puede evadir la ansiedad; pero, viviendo con ella adquirimos cierta sabiduría que aminora el peso de nuestras preocupaciones y nuestro nerviosismo. Lo primero que hay que hacer es no añadir falsas preocupaciones a las verdaderas. Todos sabemos que hay cosas de poca importancia que pueden obsesionarnos hasta ponernos nerviosos e impedirnos razonar clara y serenamente. A menudo yacemos despiertos en la noche, martirizándonos con lo que ‘debiéremos’ haber hecho o lo que haremos si esto o lo otro sucede. Y nos asustamos imaginándonos horribles contingencias. Pero una manera sencilla de enfocar nuestros problemas es preguntarnos. ‘¿tendrá esto importancia la semana próxima, el año que viene?’. De nuestra respuesta dependerá el que acabe nuestro tormento.
Controla tus nervios: el tabaco, alcohol, café, té o refrescos de cola te pueden predisponer al nerviosismo. Una vida sana y ordenada con horarios regularse te ayudará a relajarte. Rita Vargas.
‘Mi axioma en la vida y en mi profesión es el mismo: evitar la mediocridad, pero sin caer en el perfeccionismo. La perfección puede enloquecerte. ¿No es saludable estar un poco loco?. Creo que es preferible ser un poco malvado’. ¿Tiene algún otro axioma? ‘No ponerme nunca nervioso. El nerviosismo es vanidad disfrazada. Quieres hacerlo mejor y por eso te poner nervioso. Ambicionas un ego de actor aún más inflado’. ANTHONY HOPKINS (actor).