Obsesiones2

El pensamiento se concentra en un tema que se repite continuamente. Los rituales, manías y gestos son automáticos, y el paciente no puede dominarlos, a pesar de reconocer que su comportamiento es excesivo e irracional. Esta lucha le provoca emociones negativas, como miedo, vergüenza, incomprensión, así como una tremenda falta de libertad. Debido al sufrimiento y a la alteración de la vida personal y laboral, aparecen otras afecciones, como depresión, trastornos alimentarios y ansiedad.

ESCALA DE YALE BROWN:

  • Trastorno leve: la obsesión hace perder una hora o más de tiempo cada día, o se repite menos de ocho veces al día. Esta fijación impide, por ejemplo, llegar a tiempo al trabajo por perder tiempo aseándose
    obsesivamente, y substituye la percepción de una realidad no deseada por una idea catastrofista.
  • Gravedad moderada: se pierden entre una y tres horas diarias, o la reiteración pasa de 8 veces.
  • Muy grave: cuando se pierden más de 8 horas al día.

Según los últimos estudios, es un trastorno neurológico probablemente causado por una mutación genética que provoca deficiencia de serotonina, un neurotransmisor químico del cerebro.  Ciertas infecciones o episodios vitales pueden activar dicha predisposición.

No hay una solución definitiva, pero se pueden controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente.  Además de técnicas comportamentales y terapias cognitivas, se utilizan también psicofármacos, para restituir los niveles de serotonina.

Para el diccionario, ‘una idea obsesiva es una idea insistente, que el sujeto vivencia como no voluntaria y que le invade la conciencia. Como elemento aislado es propio de una psicopatología obsesiva. Su rasgo fundamental es la persistencia’. El sujeto experimenta un conflicto entre la idea obsesiva, cuyo origen es inconsciente, y su rechazo, que proviene de la lógica consciente.

La persona se siente invadida por pensamientos intrusivos que son vividos como repugnantes, inaceptables o absurdos e intenta rechazarlos. Un ejemplo extremo podría ser el de un hombre afectado por el temor de abandonar su casa porque se le imponía la idea de que si salía, cogería papeles sucios de la papelera y se los llevaría a la boca.

A la idea obsesiva le suceden síntomas que, aunque también forman parte del pensar obsesivo, conviene diferenciar: la duda, el acto y los rituales obsesivos. Estos mecanismos surgen con posterioridad y como defensa frente al pensamiento repetitivo que se impone al sujeto. En el ejemplo anterior, el sujeto oscilaba entre la idea obsesiva y los argumentos en contra: ‘cogeré papeles sucios… no, es absurdo… pero si salgo a la calle…’.  esta duda produce otras por derivación, creando pensamientos que se oponen  entre sí, interminablemente.  El acto obsesivo, en este caso, era una compulsión a cerrar la puerta para evitar salir, y el ritual, la comprobación hasta siete veces de la cerradura como garantía de que la puerta estuviera cerrada.

En su apariencia son insolubles por lo insensatas y extravagantes que resultan, pero a través de una tarea de traducción ‘adecuadamente profunda’ se llega a una solución, que ‘se consigue cuando se logra relacionar cronológicamente estas ideas obsesivas con la vida del paciente’. Es decir, cuando se analiza el momento en que surgieron por primera vez y las circunstancias en que se han repetido, con el fin de averiguar los deseos inconscientes que representan.

OBSESIÓN PATOLÓGICA Y LAS RELACIONES DE PAREJA:

  • A menudo, han tenido infancias en las que se sintieron abandonados o fueron víctimas de abuso emocional, físico o sexual. Estas relaciones disfuncionales en la infancia les han podido impedir aprender patrones sanos de relación de pareja.
  • Tienen un miedo extremo a ser abandonados, reaccionando con gran miedo y ansiedad ante el más mínimo indicio, real o imaginado de abandono. Este miedo les hace aferrarse con fuerza a su pareja.
  • Se enamoran con mucha rapidez, de manera que nada más conocer a alguien pueden creer que es el amor de su vida y desear estar con esa persona para siempre.
  • Pueden tener problemas para controlar sus emociones y tener emociones muy intensas, que varían con gran facilidad. Esto hace que el amor que sienten sea muy intenso, pero también la ansiedad, el miedo al abandono y otras emociones negativas que, dada su intensidad, se vuelven difíciles de controlar.
  • Algunas de estas personas pueden tener un trastorno límite de la personalidad.