El que decide es el individuo que ha sido invadido por los patrones de la cultura y por muchos patrones de tópicos culturales que se repiten y que se agrupan ellos mismos para crear una personalidad, una ideología y un conjunto de herramientas para pensar. Si no fuéramos un conjunto de herramientas para pensar seríamos completamente inútiles.
Algunas personas tienden a tomar decisiones de forma impulsiva, sin sopesar antes los pros y los contras. En este sentido, el mantenerse firme en la postura adoptada hasta sus últimas consecuencias, puede ser más importante que el asegurarse de que ésta es la correcta.
Otros por contra, pierden horas y horas dudando entre hacer una cosa u otra y al final no llegan a una conclusión clara. O acaban pidiendo consejo a un amigo. Incapaces de tomar una decisión por sí mismos, intentan compartir sus propias responsabilidades con los demás.
Nos parece que los años van poniendo orden en nuestra vida y que con el tiempo uno sabe mejor cómo manejarse por la existencia. Hasta cierto punto, eso es verdadero, fruto de los aprendizajes que se asientan en el vivir. Sin embargo, también lo es que muchas personas en su proceso de maduración han aprendido a no definirse por ellas mismas, a tener dificultades para escoger lo que les conviene, a no disponer de una brújula interior que les orienta entre los cruces de caminos; en definitiva, que viven indefinidamente, arrastradas por los vientos que soplan y a merced de los que tienen la habilidad de hacerles sentir asentadas en puertos seguros. Como todo, tiene sus riesgos y sus ventajas. También existen personas cuya conducta no es tan extrema, aunque padecen de eso que podríamos llamar ‘no tener los pies en la tierra’. Es una analogía muy descriptiva, puesto que les encanta vivir de sus emociones y sensaciones. Viven en una especie de noria que les lleva dando tumbos emocionales, lo que complica y mucho la capacidad de equilibrar razón y emoción. Al fallar esa conexión sus acciones pueden ser maximalistas. Ahora blanco, ahora negro. Ahora aquí, ahora allí. O sufren demasiado o les importa todo un bledo.
Tu imaginación tiende a exagerar las dificultades y, en más de una ocasión, después resulta que no era para tanto. Por eso, cuanto antes empieces a actuar, antes te darás cuenta de la gran imaginación que tienes, tanto para soñar lo bueno como para exagerar lo malo. Toma la sencilla decisión de ponértelo fácil, de utilizar y llevar contigo las herramientas necesarias para hacerte el camino más sencillo y más agradable. El viaje también es importante, no sólo el destino.
‘Un camino de mil millas comienza con un solo paso’. Sin embargo, lo que cuesta arrancar. Y es que lo que te impide dar ese primer paso es sencillamente la falta de costumbre. No estás habituado a caminar por ti mismo, sino llevado por la inercia de tu vida o por los pasos que dan otros a tu alrededor. Esto es común en la mayoría de las personas, pero has de saber que seguir a la manada no suele llevarte a conseguir lo que deseas… la única cosa que te impide por el momento caminar hacia donde quieres ir es la falta de práctica y, como todo, esto también se consigue ejercitándose.
Si eres de los que les resulta difícil decidirse, puedes recurrir a la escritura. La consabida lista de pros y contras tiene un efecto muy fructífero en la persona que la realiza… Es importante que pienses en primer lugar sólo en ti mismo y en lo que deseas. Después, ya habrá tiempo para involucrar otras razones.
Usa siempre tu imaginación a tu favor. No permitas que tu imaginación te juegue una mala pasada. Seguro que eres muy rápido imaginando cosas negativas, pero para lo positivo parece que tu mente está más rezagada… tu imaginación es una poderosa herramienta, utilízala bien. ‘Los valientes lo son porque actúan a pesar del miedo’. Una forma rápida y eficaz de tomar una decisión es, imaginar qué harías si no tuvieras miedo.
Crea tu propio plan de acción: las Cuatro Nobles Verdades de Buda son en sí mismas un plan de acción… la primera es hallar el problema o el sufrimiento, que en este caso sustituiremos por el objetivo, ya que no eres feliz si no intentas conseguirlo… la segunda habla de la causa, del motivo. ¿Por qué quieres conseguir tal o cual cosa?… la tercera habla de la solución que en este caso será saber, qué puedes hacer para alcanzar tu objetivo… la cuarta habla del camino: ¿cómo? ¿Por dónde empezar? Es el plan de acción en sí mismo.
ENTRENAMIENTO EN SOLUCIÓN DE PROBLEMAS O TOMA DE DECISIONES:
- Adoptar una actitud correcta:
- ‘El que teme sufrir ya sufre el temor’ (proverbio chino).
- Es fácil advertir que la óptica desde la que contemplamos las situaciones determinan nuestra actitud.
- Generar alternativas:
- ‘Aquel que insiste en verlo todo perfectamente claro antes de decidir, nunca decide nada’. Henri Fréderic Amiel.
- Ante una decisión, el primer paso es recabar toda la información posible.
- Brainstorming o tormenta de ideas: es la técnica que puede ayudarnos más en estos casos… Los manuales sobre creatividad aconsejan que pensemos sobre el mismo problema desde lugares diferentes. Más productivo, incluso, puede ser pensar ‘desde emociones diferentes’.
- Elegir alternativa:
- ‘Haz las cosas que te salen del corazón. Así no estarás insatisfecho, no tendrás envidia, no desearás las cosas de otras personas’ (Morrie Schwartz en Martes con mi viejo profesor de Mitch Albom).
- Los manuales de toma de decisiones explica que lo que debemos hacer es anotar los pros y los contras de cada alternativa y asignarles un número de 1 al 10 dependiendo de la importancia que tengan para nosotros estas ventajas e inconvenientes. Una vez asignados los valores, se suman y ya tenemos cuál es la mejor opción.
‘El corazón tiene razones que la razón desconoce’. Blaise Pascal.
‘No hay persona más desdichada que la que ha adquirido la costumbre de la indecisión’. William James.
‘Gran parte de las dificultades que atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas’. Bertrand Russell.
‘La humanidad es el cruce de dos caminos: uno lleva a la desesperación, otro a la extinción total. Confiemos en tener acierto al elegir’. Woody Allen.