El miedo es una emoción caracterizada por un intenso sentimiento habitualmente desagradable, provocado por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente o futuro. Es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, y se manifiesta tanto en los animales como en el ser humano. El presente artículo trata fundamentalmente del miedo en humanos.
Nada molesta más a un adolescente que la forma de ver las cosas de los mayores. ‘Cuadrados, inmovilistas, conformistas, acomodados. Unos pesados’. Casi todos los jóvenes opinan eso de los ‘carrozas’.
Una de las principales causas del conflicto generacional es la diferencia de posturas ante lo que es nuevo. La gente joven está descubriendo el mundo, está mucho más abierta a informaciones nuevas. Los adultos han tenido que amoldarse a una serie de convenciones sociales para ser aceptados y subsistir.
Instalarse en la zona de comodidad no es un privilegio de los adultos. Muchos jóvenes e incluso niños temen lo que es nuevo y se apegan a o conocido. Los prejuicios y la dificultad de algunos jóvenes para hablar con los mayores son formas de cerrarse. Pero el verdadero aprendizaje tiene lugar siempre fuera de la zona de comodidad. La sensación de confusión se debe a eso, a que tenemos que romper la cáscara del huevo y nacer cada día un poco si queremos estar bien vivos.
A diferencia de la mayoría de los adultos, los adolescentes sienten un deseo natural de enfrentarse al miedo y de disfrutar de la libertad que produce superarlo. Ésta es una de las razones por las que en las sociedades tradicionales se practicaban ritos de iniciación aparentemente muy duros para los hombres y a veces también para las mujeres. En la sociedad occidental moderna tenemos pocas formas de guiar a los adolescentes en este proceso de desarrollo del coraje. De hecho, muchas veces condenamos su disposición a enfrentarse con el miedo. No debe sorprendernos que muchos adolescentes atraviesen una fase en la que roban en las tiendas y ‘toman prestados’ coches para darse una vuelta. En lugar de entender este proceso como una necesidad de enfrentarse al miedo y superarlo, los adultos lo convertimos en otra fuente de miedo y vemos en él indicios de ‘mentalidad criminal’. Los programas que sitúan a los ‘delincuentes’ adolescentes en un entorno natural en contacto con los elementos -tierra, lluvia, viento y sol- y les proponen retos auténticos tienen un éxito extraordinario. Muchos adolescentes, que nunca han visto un árbol ni saben que la leche viene de ls vacas, se desarrollan en las situaciones naturales en las que pueden enfrentarse con sus miedos y entrar en acción. Obviamente, muchos adultos temen a los adolescentes porque sienten su apertura al miedo y a lo desconocido.
‘No temo nada, no espero nada, soy libre’. Epitafio en su tumba de Héraklion (Creta). Nikos Kazantzakis.
‘Ira, miedo y celos fieros, son muy malos consejeros’. Proverbio español.
‘Hay razones más convincentes que el miedo’. Película Moll Flanders.
‘Los temores no nacen de la oscuridad, sino que más bien son como las estrellas: siempre están ahí, sólo que oscurecidos por el resplandor del día’. F. Nietzsche
‘La emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido’. Howard Philips Lovecraft.
‘El miedo corrompe la inteligencia y es una de las causas de la egolatría’. J. Krishnamurti.