Pregunta: usted ha dicho que la iluminación no podría venir jamás por obra de la expansión del ‘yo’, pero ¿no surge, acaso, por la expansión de la conciencia?
Krishnamurti:
La iluminación, la comprensión de lo real, jamás puede darse en virtud de la expansión del ‘yo’, del ‘yo’ que se esfuerza por crecer, devenir, lograr; y no existe esfuerzo alguno aparte de la voluntad del ‘yo’. ¿Cómo puede haber comprensión si el ‘yo’ está siempre filtrando la experiencia, identificándose, acumulando memoria? La conciencia es el producto de la mente, y la mente es el resultado del condicionamiento, del anhelo; por lo tanto, es la morada del ‘yo’. Sólo cuando cesa la actividad del ‘yo’, de la memoria, existe una conciencia por completo diferente acerca de la cual cualquier especulación es un obstáculo. El esfuerzo por expandirse [propio de una mente confusa] sigue siendo una actividad del ‘yo’, cuya conciencia [objetivo a lograr] es crecer, devenir. Tal conciencia, por mucho que se expanda, está atada al tiempo [condicionada] y, por consiguiente, no existe ahí lo intemporal [la realidad, la verdad].
Si uno desea comprender un problema vital, ¿no debe desechar sus tendencias, prejuicios, temores y esperanzas, su condicionamiento, y estar alerta de una manera simple y directa [observándolo sin pensar]? Al reflexionar juntos sobre nuestros problemas, nos estamos exponiendo ante nosotros mismos. Esta autoexposición es de gran importancia, porque nos revelará el proceso de nuestros propios pensamientos y sentimientos. Tenemos que ahondar profundamente en nosotros mismos para encontrar la verdad. Estamos condicionados y, ¿es posible para el pensamiento ir más allá de su propia limitación? Lo es únicamente si estamos atentos a nuestro condicionamiento [observando lo que pasa en la mente]. Hemos desarrollado cierta clase de inteligencia en el proceso de expansión propia; a causa de la codicia, del afán adquisitivo, del conflicto y del dolor, hemos adquirido una inteligencia autoprotectora, autoexpansiva. ¿Puede esta inteligencia comprender lo real, que es lo único capaz de resolver todos nuestros problemas?
P: ¿es ‘inteligencia’ la palabra correcta a usar?
K: si todos comprendemos el significado de ese vocablo tal como lo estoy usando aquí, es el apropiado. El punto principal es si esta inteligencia, que ha sido cultivada mediante la expansión del ‘yo’, puede experimentar o descubrir la verdad; ¿o debe haber otra clase de actividad, otra clase de conciencia para recibir la verdad? A fin de descubrir la verdad, tiene que haber libertad respecto de la inteligencia autoexpansiva, ya que ésta nos encierra siempre dentro de nosotros mismos, nos limita.
P: ¿no debemos considerar este problema de la autoexpansión, desde el punto de vista de lo verdadero?
K: ver lo falso como falso y lo verdadero como verdadero, es difícil. Si usted viera la verdad con respecto a la autoexpansión, los problemas que ésta origina comenzarían a desvanecerse. Ver la verdad en lo falso es comprenderse uno primero a sí mismo. La verdad en lo falso es la que nos libera.