David Servan-Schreiber*: los pensamientos agresivos en una cola del supermercado: ¡qué inútil esta cajera, cuánto tarda en cambiar el rollo de su máquina! Éste es un pensamiento hostil. ¿Qué se puede hacer? Aprender a relajarnos, porque la hostilidad destroza el organismo. Ciertos estudios demuestran que está ligada con las enfermedades coronarias, quizá tanto como el tabaco.
ES: nos imaginamos cómo el tabaco puede intoxicar el organismo, ¿pero la hostilidad?
DS-S: sí, la hostilidad tapona físicamente las arterias. Los pensamientos hostiles activan en el cuerpo una hipersecreción de cortisol y adrenalina. La afluencia de estas hormonas provoca un estado inflamatorio mediante la estimulación de los factores de coagulación de la sangre que, a su vez, contribuye al desarrollo de las placas de ateroma en las paredes de los vasos. Si esta situación se prolonga, existe riesgo de trombosis, pero todo esto tiene una justificación biológica: la hostilidad es imprescindible para la supervivencia, ya que prepara el cuerpo para el combate o la huida ante un peligro. Cuando había que cazar el bisonte o escapar de un tigre, estas reacciones hacía maravillas. La energía acumulada se gastaba rápidamente con la acción física. Por eso se recomienda ejercicio a las personas que controlan mal su hostilidad o a enfermos con problemas cardiovasculares: es necesario eliminar el estrés.
ES: pero no siempre se puede evitar la cólera…
DS-S: el mejor resumen de una actitud sana frente a la vida es el ‘rezo’ de los Alcohólicos Anónimos, inspirado en los estoicos: ‘señor, dame ánimos para cambiar lo que puedo cambiar, la serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar, y la sabiduría para poder distinguir entre ambos cosas’. Es la clave de la vida, y es de lo que carecen los hostiles. Antes que los psicólogos, los cardiólogos fueron los primeros en señalar las personalidades más expuestas al infarto. Ambiciosas y activas, se caracterizan por la agresividad, la impaciencia y la necesidad de dominar la situación. Profundizando en la investigación, se reveló que el factor hostilidad es, con diferencia, el más relacionado con las cardiopatías, la primera causa de mortalidad en Occidente. Sin embargo, su médico le dirá que deje de fumar, pero raramente le dirá que deje de ser hostil.
ES: ¿cómo consigue el control de las emociones vencer el estrés?
DS-S: con el desfase que introduce entre nosotros y lo vivido, este distanciamiento hace que se disipe la perturbación. Bastan cinco minutos:
- Siéntese. mantenga la espalda, el cuello y la cabeza erguidos, pero no tensos, con el fin de facilitar el vaivén de la respiración.
- Concéntrese en la sensación del aire que entra y sale por su nariz. No controle su respiración, limítese a observarla.
- Su atención deriva. Es normal. Observe sólo los pensamientos que cruzan su mente, no se detenga en ellos.
- Fije su interés en su respiración. Por ejemplo, un problema profesional pasa por su cabeza. considérelo sólo como ‘un problema’ y déjelo pasar. En cada nueva distracción, repita lo mismo y regrese a su respiración. Se trata de crear una serie de estos momentos de presencia de sí mismo, respiración tras respiración. Empiece con cinco minutos al día. Al cabo de un tiempo no podrá privarse de ellos.
*David Servan-Schreiber (21 de abril de 1961 – 24 de julio de 2011) fue un médico, neurocientífico y escritor francés
Autora: Úrsula Gauthier.