ORGULLO-VANIDAD:
El orgullo sin vanidad tiene la hipocresía de la virtud; el vanidoso tiene la franqueza de su debilidad. Jaime Balmes.
Lisonjead al orgulloso y rechazará la lisonja, temeroso de dañar su reputación haciéndose ridículo. Es demasiado orgulloso para ser vano. En el fondo de su corazón siente viva complacencia en la alabanza. Jaime Balmes.
Nada más conforme a razón que aquel sentimiento de la propia dignidad, que se exalta santamente cuando las pasiones brutales excitan a una acción vergonzosa; que recuerda al hombre lo sagrado de sus deberes y no le consiente deshonrarse faltando a ellos; aquel sentimiento que le inspira la actitud que le conviene tomar según la posición que ocupa; aquel sentimiento que llena de majestad el semblante y modales del monarca; que da al rostro y maneras de un pontífice, santa gravedad y unción augusta; que brilla en la mirada de fuego de un gran capitán y en su ademán resuelto, osado, imponente; aquel sentimiento que a la dicha no le permite alegría descompuesta ni al infortunio abatimiento innoble; que señala la oportunidad de un prudente silencio o sugiere una palabra decorosa y firme. Jaime Balmes.
A través del orgullo nos engañamos a nosotros mismos. Carl Gustav Jung.
El orgullo te podrá hacer sentir fuerte, pero jamás te hará sentir feliz. Anónimo.
La humildad sólo puede nacer de la humillación, de otro modo no es más que vanidad. Película Querelle.
La vanidad lleva a los hombres a imitar otros y la poesía así misma. Película Remando al viento.
Ser consciente de la propia valía es orgullo sano; refregárnosla, vanidad; y negar la de los demás, flatulenta soberbia. Jesús Cotta.
Si eres orgulloso conviene que ames la soledad; los orgullosos siempre se quedan solos. Amado Nervo.
La vanidad de la memoria no deja heridos. Luis Martínez.
Pensé que mi indiferencia dañaría tu vanidad. Película The deep blue sea.
El orgullo echa a perder al hombre favorecido por el éxito. W. Shakespeare.
Mi orgullo es no forzar nunca a nadie. Película David y Betsabé.
El orgullo fue lo que hizo caer a los ángeles. Es el peor de los pecados. Graham Greene.
La gente orgullosa suele ocultar sus fracasos pero exhibir sus éxitos. Ignacio Martínez de Pisón.
Cómo derrotar al orgullo, si se encarna en cada acción de los hombres. Cómo vencer al Demonio, si el Tiempo está de su parte y la pelea es infinita. Anónimo.
La vanidad nos persigue hasta en el lecho de la muerte. La soportamos con entereza porque deseamos superar su terrible grandeza y cautivar la admiración de los espectadores. Santiago Ramón y Cajal.
¡Todo es vano, salvo el pensamiento de la Vanidad! E. Cioran.
No nos sentimos orgullosos cuando sufrimos, sino cuando hemos sufrido. Nuestras desgracias no son una lección de modestia. Y, a decir verdad, nada se torna modesto. E. Cioran.
No tengo vanidad, sólo orgullo y seguridad en mí. Película los niños del paraíso.
Su vanidad es más grande que su miseria. Giuseppe Tomasi di Lampedusa.
Todo hombre debe de estar orgulloso por algo. Película La esclava libre.
La consciencia de la vanidad es un poderoso desinfectante: llena la religión, como llena la vida de fortaleza, dignidad y benevolencia. George Santayana.
La forma más elevada de vanidad es el amor a la fama. George Santayana.
El sufrimiento invita a rechazar la vanidad y el egoísmo. Agustín de Hipona.
Película Alta Sociedad:
-Vuelve a bajar del pedestal.
-Mucho cuidado con los primeros pasos, podrías caerte.
En esos momentos de la existencia en que el hombre tiene necesidad de orgullo porque tiene necesidad de amor. Victor Hugo.
Quería mostrar a la Princesa que cuando suelen otros desesperarse, yo sabía sonreír, y que donde otros son humillados, yo era triunfador. ¡El orgullo ha sido siempre mi mayor virtud! R. M. del Valle Inclán.
El orgullo, el más fatal de los consejeros humanos. R. M. del Valle Inclán.
Hay una vanidad sórdida en la cercanía de una desgracia, como en la de un éxito. Antonio Muñoz Molina.
La verdad es difícil de tragar cuando te estás ahogando en tu orgullo. Anónimo.
Esta es mi soledad, a donde no alcanza la envidia, sí, mi orgullo, tan simple como desnudarme ante el sol. Luis Alberto Costales.
Sé justo, porque la equidad es el sostén del género humano. Sé bueno, porque la bondad encadena a todos los corazones. Sé indulgente, porque, siendo tú mismo débil, vives con seres tan débiles como tú. Sé dulce, porque la dulzura atrae el afecto. Sé agradecido, porque el agradecimiento alimenta y nutre la bondad. Sé modesto, porque el orgullo subleva a los seres enamorados de sí mismos. Perdona las injurias, porque la venganza eterniza los odios. Haz el bien a quien te ultraja para mostrarte mejor que él y hacerlo un amigo. Sé moderado, templado, casto, porque la voluptuosidad, la carencia de moderación y los excesos te volverían despreciable. Paul-Henri Th. D´Holbach.