La psicología popular está plagada de desinformación y falsedades. Y, por desgracia, la gran mayoría de ellas no muestra señales de desaparecer de la cultura cotidiana.
En 2009, Scott Lilienfeld, Steven Jay Lynn, John Ruscio y Barry Beyerstein reunieron un compendio de 50 grandes mitos de la Psicología popular, luego procedió a disipar todos y cada uno de ellos. Su libro fue un triunfo de la evidencia y la razón.
Usando los 50 grandes mitos de la Psicología popular como guía, he creado una lista de los 10 principales mitos psicológicos. No te avergüences si aún crees en alguno de ellos.
1. La publicidad subliminal funciona
Es una de las grandes conspiraciones de la era de la televisión: que los anunciantes y personas influyentes están enviando mensajes sutiles a través de nuestras pantallas y alterando la forma en que pensamos y actuamos, y desde luego lo que compramos.
Debes tener la seguridad de que estos anuncios no funcionan. Tu mente inconsciente es segura. En un gran número de ensayos de laboratorio cuidadosamente controlados, los mensajes subliminales no afectaron las opciones del consumo de los sujetos o las preferencias de voto.
Cuando se han probado en el mundo real, los mensajes subliminales han fallado también de manera espectacular. La escasez de pruebas sobre la publicidad subliminal no ha hecho sin embargo que dejen de intentarse de manera repetida.
2. Hay una epidemia de Autismo
El autismo es un trastorno del desarrollo neuronal que se caracteriza por la interacción social deteriorada y la comunicación verbal y no verbal, y por un comportamiento restringido, repetitivo o estereotipado.
Antes de la década de 1990, la prevalencia del autismo en los Estados Unidos se estimaba en 1 de 2500. En 2007 esa tasa era de 1 de 150. En marzo de 2014 se han anunciado nuevos datos con números sorprendentes: 1 de 68. ¿Qué está pasando?
El meteórico ascenso en los diagnósticos ha llevado a muchos a temer una epidemia. Este temor, con frecuencia, hace que las vacunas se conviertan en un recurso buscado. Pero las vacunas no son la causa. La explicación más probable es mucho menos atemorizante.
En las últimas décadas, los criterios diagnósticos para el autismo se han distendido considerablemente. Cada una de las tres últimas grandes revisiones del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) ha rebajado en un modo u otro estos criterios haciendo más fácil el diagnóstico de este trastorno. En un estudio llevado a cabo en Inglaterra en 2005 se siguieron los casos de autismo diagnosticados entre 1992 y 1998 utilizando criterios diagnósticos idénticos, y las tasas no se movieron.
3. Sólo Usamos el 10 por ciento de nuestra capacidad cerebral
¡Oh, si fuera cierto… y encontramos una manera de desbloquear y liberar el 90 % restante, podríamos averiguar la solución a ese problema molesto en el trabajo, o convertirnos en genios de las matemáticas, o desarrollar poderes telequinéticos!
Pero no es cierto. Metabólicamente hablando, el cerebro es un tejido caro de mantener, acaparando alrededor del 20 % de nuestro gasto calórico en reposo, a pesar de que constituye sólo el 2% del peso corporal del humano promedio.
El mito probablemente se remonta al psicólogo estadounidense William James, quien alguna vez abrazó la idea de que la persona promedio rara vez alcanza más del 10 % de su potencial intelectual. Con los años, los gurús de autoayuda y charlatanes que buscan hacer dinero transformaron ese concepto en la idea de que el 90% de nuestro cerebro está inactivo y bajo llave. Ellos tienen la clave, por supuesto, y además podrás compararla por una miseria!
4. Las Terapias electroconvulsivas son brutales y anacrónicas
Cuando piensas en la terapia electroconvulsiva (TEC), ¿qué te viene a la mente? ¿Te imaginas una persona con camisa de fuerza, atada a una mesa contra su voluntad, electrodos colocados en el cráneo, y convulsionando brutalmente a medida que la electricidad atraviesa su cuerpo?
Según las encuestas, la mayoría de la gente ve la TEC como una reliquia bárbara del pasado, propia de la psiquiatría medieval. Y si bien la TEC una vez pudo haber sido un proceso violento, no es así desde hace más de cinco décadas. Y sí, todavía está en uso hoy en día!
Según describe Lilienfeld: “Hoy en día, los pacientes reciben primero una anestesia general, un relajante muscular y, ocasionalmente, una sustancia para prevenir la salivación. A continuación se colocan los electrodos en la cabeza del paciente y se administra la descarga eléctrica. Este choque induce una convulsión que dura de 45 a 60 segundos, aunque la anestesia, y el relajante muscular inhiben los movimientos del paciente”.
No hay consenso científico sobre por qué funciona la TEC, pero la mayoría de los estudios controlados muestran su eficacia en el tratamiento de la depresión severa.
5. Los opuestos se atraen
La unión entre dos cargas eléctricas, una positiva y otra negativa, es la historia de amor por excelencia en la física. Los opuestos se atraen!
Pero lo mismo no puede decirse de las personas. Las personas no somos cargas eléctricas, y aunque Hollywood ama perpetuar la idea de que estamos románticamente atraídos por personas que difieren de nosotros, en la práctica, este no es el caso.
De hecho, decenas de estudios demuestran que las personas con rasgos de personalidad similares tienen más probabilidades de ser atraídas entre si que las personas con rasgos de personalidad diferentes. La misma regla se aplica a las amistades.
6. Los detectores de mentiras son exactos
Aquellos que utilizan el polígrafo o “detector de mentiras” se jactan a menudo de tener un 99% de precisión. La realidad es que nadie, ni siquiera una máquina, puede decir con exactitud cuando alguien está mintiendo.
Un detector de mentiras opera bajo el supuesto de que ciertos signos fisiológicos revelan que la gente no está diciendo la verdad. Para ello, los polígrafos miden indicadores como la conductividad de la piel, la presión arterial y la respiración. Cuando estos signos se mueven fuera del rango normal, en respuesta a una pregunta, el operador interpreta que se ha dicho una mentira.
Pero este tipo de reacciones fisiológicas no son universales. Por otra parte, cuando se aprende a controlar factores como la transpiración y el ritmo cardíaco, se puede pasar fácilmente un detector de mentiras .
7. Los Sueños tienen un significado simbólico
¿Alguna vez sueñas con cortarte el pelo, perder los dientes, o tu propia decapitación? Probablemente estás preocupado por la castración, al menos según Sigmund Freud.
Alrededor del 43% de los estadounidenses creen que los sueños reflejan deseos inconscientes. Más de la mitad están de acuerdo en que los sueños pueden revelar verdades ocultas. Es cierto que soñar sigue siendo un enigma para la ciencia, pero es casi seguro que no es una bola de cristal de la mente inconsciente.
En cambio, la teoría que ha cosechado la mayor evidencia científica va en otra dirección: Soñar es la representación confusa de las acciones de nuestro cerebro para ordenar la información y la experiencia, como un sistema de archivos.
8. Nuestra memoria es como una grabadora
Alrededor del 36 % de los estadounidenses creen que nuestro cerebro conserva perfectamente las experiencias del pasado en forma de recuerdos. Esto no es cierto en absoluto.
Hoy en día, hay un amplio consenso entre los psicólogos sobre el hecho de que la memoria no es reproductiva, es decir no duplica exactamente lo que hemos experimentado. Por el contrario se considera reconstructiva. Lo que recordamos es a menudo una mezcla borrosa de recuerdos precisos, junto con una parte de nuestras propias creencias, necesidades, emociones y corazonadas.
Nuestra memoria es por tanto notoriamente falible, y esto es problemático, sobre todo en las salas de justicia. Testimonios de testigos presenciales han llevado a falsas condenas a un gran número de personas inocentes.
9. Mozart hará que tu bebé sea un genio
En 1993, un estudio publicado en la revista Nature encontró que los estudiantes universitarios que escucharon sólo diez segundos de una sonata de Mozart fueron dotados de habilidades de razonamiento espacial aumentada. Los medios de comunicación se volvieron locos con este asunto. Perdido en la traducción quedó el hecho de que los efectos fueron efímeros. Pero ya era demasiado tarde . El “Efecto Mozart” había nacido.
Desde entonces, millones de copias de CDs de Mozart fueron comercializados para potenciar la inteligencia. El estado de Georgia (EEUU), incluso aprobó una ley para permitir que todos los recién nacidos recibieran un casete o CD libre de la música de Mozart.
Estudios más recientes que intentaron replicar el estudio original han fracasado o han encontrado efectos casi imperceptibles. También han señalado que una explicación mucho más probable de los resultados originales fue la excitación a corto plazo.
Cualquier cosa que aumenta el estado de alerta es probable que aumente el rendimiento en tareas mentalmente exigentes, pero es poco probable que produzca efectos a largo plazo sobre la capacidad espacial o la inteligencia general. Así que escuchar música de Mozart puede no ser necesario para aumentar nuestro rendimiento, beber un vaso de limonada o una taza de café puede tener un efecto parecido.
10. Cerebro izquierdo y cerebro derecho
Algunas personas son de cerebro izquierdo y otras de cerebro derecho. Aquellos que usan su hemisferio izquierdo son más analíticos y lógicos, mientras que los que utilizan su hemisferio derecho son más creativos y artísticos.
Sólo que no es así como funciona el cerebro. Ciertas regiones del cerebro están especializadas y adaptadas para cumplir ciertas tareas, pero el cerebro no utiliza más un lado u otro, ambos hemisferios se utilizan casi por igual.
El mito cerebro izquierdo/cerebro derecho estuvo muy de moda durante décadas, pero el uso de la resonancia magnética funcional nos ha ofrecido una mirada de primera mano sobre la actividad cerebral, y nos está mostrando todo lo contrario: Los dos hemisferios son mucho más similares que diferentes en sus funciones.
Fuente: Jose Manuel Garrido.