Señores, si realmente estáis prestando atención a lo que se está diciendo, y no lo estáis comparando con lo que habéis aprendido, o preocupándoos sobre la forma en la que afectará a vuestros compromisos, vuestros intereses creados, a vuestra posición en la sociedad, y todo lo demás de esa estúpida tontería, veréis que hay libertad y descubrimiento inmediatamente (19).
El pensamiento nunca es libre; pero la mente puede serlo, y esa libertad viene, no mediante la penetración en las muchas capas de lo inconsciente, analizando el recuerdo de incidentes y experiencias, sino tan sólo cuando hay completa atención (19).
La libertad llega, sin que se la busque, cuando hay atención total. La atención es la cualidad de una mente que no tiene límites ni fronteras y que, por lo tanto, es capaz de recibir cada impresión, viéndolo y escuchándolo todo (21).