Las condiciones en las cuales nos hallamos son el resultado de lo que hemos pensado, quedan fundadas en la mente, son forjadas por ella; si un hombre habla o actúa con una mente impura, el dolor le sigue como la rueda sigue a la pezuña del buey que tira del carro.
Las condiciones en las cuales nos hallamos son el resultado de lo que hemos pensado, quedan fundadas en la mente, son forjadas por ella; si un hombre habla o actúa con una mente pura, la felicidad le sigue como su inseparable sombra.
‘Él me ha engañado, me ha golpeado, me ha derrotado, me ha robado’. Nunca se consume el odio de aquellos que albergan tales pensamientos.
‘Él me ha engañado, me ha golpeado, me ha derrotado, me ha robado’. Está consumido el odio de aquellos que no albergan tales pensamientos.
en realidad, el odio no cesa con el odio, el odio cesa por el Amor. Ésta es una ley eterna.
ignora el mundo que todos nosotros hemos de llegar aquí a un término final; quienes lo saben, cejan al punto en sus disputas.
aquel que vive en pos de los placeres, sin freno en los sentidos, inmoderado en el comer, dejándose llevar de la pereza y flojedad, a ese lo derrocará Mâra (las pasiones), como el viento derriba al árbol que no tiene consistencia.
aquel que vive sin ansia de placeres, frenados los sentidos, templado en el comer, fiel y fuerte, a ese no lo derrocará Mâra, como el viento no derriba ni arrastra a la montaña de roca viva.
aquel que desea ponerse la vestidura amarilla del bhikkhu [mendicante religioso, discípulo de Buda, monje budista], sin haberse limpiado de impurezas, que desdeña la templanza y la verdad, es indigno de llevar la vestidura amarilla.
pero aquel que es puro, firme en toda virtud, dotado de templanza y de verdad, es ciertamente digno de llevar la vestidura amarilla.
aquellos que toman el error por la Verdad, y ven en la Verdad el error, se alimentan con falsos pensamientos y nunca experimentan la Verdad.
aquellos que reconocen la verdad en la Verdad y lo falso en el error, se alimentan con rectos pensamientos y experimentan la Verdad.
así como la lluvia penetra en una casa mal techada, de la misma manera las pasiones dominan a aquel cuya mente es indolente.
así como la lluvia no penetra en una casa bien techada, de la misma manera las pasiones no dominan a aquel cuya mente es reflexiva y está ejercitada.
el que obra el mal se apesadumbra en este mundo… se apesadumbra y padece al ver los malos frutos de sus propias obras.
el hombre virtuoso se deleita en este mundo… se deleita y regocija, al ver la pureza de sus propias obras.
el que obra el mal padece en este mundo… Padece cuando piensa en el mal que ha hecho; y todavía más siguiendo por el mal camino.
el hombre virtuoso es feliz en este mundo… Es feliz cuando piensa en el bien que ha hecho; es todavía más feliz siguiendo por el buen camino.
aquel que recita las Escrituras, pero no actúa conforme a ellas, se asemeja al vaquero que cuenta las vacas ajenas…
Autor: atribuido a Buda.