Cuando hay sufrimiento existe un anhelo intenso de escapar de él, y así la mente crea más valores ilusorios que la satisfacen y consuelan. Esos valores se han establecido a causa de la reacción defensiva contra la inteligencia. Lo que llamamos valores, moralidades, se basa, de hecho, en esta reacción defensiva contra el movimiento de la vida. La mente se ha vuelto una inconsciente esclava de estos valores. Tenemos ideales, tradiciones, valores en los que constantemente nos refugiamos cuando hay conflicto o sufrimiento. La inteligencia, que es la percepción de lo falso y que se despierta gracias al sufrimiento, se adormece nuevamente cuando establecemos otros conjuntos de valores que habrán de darnos un consuelo ilusorio. Así nos movemos de una ilusión a otra. Tendrá que haber conflicto y sufrimiento constantes hasta que la mente no se libere de todas las ilusiones, hasta que no advenga la inteligencia creativa (13).