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El cerebro, es el receptáculo de sensaciones contradictorias. Las sensaciones son tanto agradables como desagradables, y la mente vive lo agradable como placentero y se adhiere e identifica con ello; lo desagradable se arrincona, se rechaza o se proyecta en lo externo… convirtiéndose así, la mente, en esclava de sus propios procesos. Esta servidumbre se vuelve un problema. Buscar lo agradable y escapar de lo doloroso se convierte en un cautiverio, con sus propias acciones, pensamientos, emociones e ilusiones. La mente confusa -la creadora de los problemas- no puede resolver los problemas que continuamente está creando. Se requieren acciones en marcha que aporten luz y hagan desaparecer el condicionamiento de nuestras estructuras mentales de forma que seamos capaces de ver la realidad con nitidez y viéndola de esa manera, ser capaces de interactuar con ella de forma plena y llena de sentido. Así se produce el despertar que posibilita la iluminación necesaria para trabajar las áreas de condicionamiento de nuestra propia mente, posibilitando la claridad mental para captar los matices del mundo y de nuestro comportamiento y ser capaces de mejorar nuestras vidas y de tener una vida plena de sentido.
16 de Noviembre de 2015