Fue un escritor, poeta y filósofo estadounidense, de tendencia trascendentalista y origen puritano, autor de Walden y La desobediencia civil. Thoreau fue agrimensor, naturalista, conferenciante y fabricante de lápices. Uno de los padres fundadores de la literatura estadounidense, es también el conceptualizador de las prácticas de desobediencia civil.
Walden
Thoreau quiso experimentar la vida en la naturaleza, por lo que desde el 4 de julio de 1845 vivió dos años en un bosque cerca de Walden Pond, no lejos de su familia y amigos en Concord (como Ralph Waldo Emerson). Abandonó su cabaña el 6 de septiembre de 1847 para vivir con su familia. Walden, que relata su vida en los bosques, fue publicada en 1854.
Desobediencia civil y encarcelamiento
En 1846, Thoreau se negó a pagar impuestos debido a su oposición a la guerra contra México y a la esclavitud en Estados Unidos, por lo que fue encarcelado. De este hecho nace su obra La desobediencia civil, en que deja entrever sus ideas políticas. En este texto se declara uno de los conceptos principales de su ideología: la idea de que el gobierno no debe tener más poder que el que los ciudadanos estén dispuestos a concederle, llegando a tal punto que propone la abolición de todo gobierno. Su ensayo fue influyente en Lev Tolstói y en Mahatma Gandhi.
SELECCIÓN DE FRASES:
‘Somos consientes de que hay un animal en nosotros cuyo despertar esta en razón directa con el letargo de lo superior de nuestra naturaleza’.
‘Encuentro muy saludable el hallarme solo la mayor parte del tiempo. Estar en compañía aunque sea la mejor, se convierte pronto en fuente de cansancio y disipación. Nunca encontré una compañía tan compañera como la soledad. Un hombre que piensa o trabaja esta siempre solo’.
‘La mayoría de los hombres ha aprendido a leer para su mezquina conveniencia, como han aprendido a escribir números para llevar cuentas y no ser engañados en el comercio; pero de la lectura, como un ejercicio noble e intelectual, poco o nada conocen. Para leer, tenemos que estar en plena agudeza mental y debemos dedicarles nuestras horas mas alertas y despiertas’.
‘Cuando estamos sin prisa y somos prudentes, percibimos que solo las cosas grandes y dignas tienen una existencia permanente y absoluta; que los temorcillos y los placeres despreciables no son sino la sombra de la realidad’.
‘El hombre que no cree que cada día contiene una hora más temprana, más sagrada y rosada que la que es ya ha profanado, ha desesperado de la vida y esta avanzando por un camino descendente y oscuro. Debiera decir que todos los sucesos memorables ocurren durante la mañana y en una atmósfera matutina’.
‘La mayor parte los lujos, o las llamadas comodidades de la vida, no son solamente innecesarios, sino también impedimentos para la elevación de la humanidad. Los más sabios siempre han vivido vidas mas simples y pobres que las vidas de los mismos pobres’.
‘Traten de hacer aquello que las gente antigua afirma ser imposible, y demuestren que si pueden’.
‘Nunca es demasiado tarde para renunciar a nuestros prejuicios’.
‘La mayoría de los hombres viven una vida de tranquila desesperación. Lo que llamamos resignación no es más que una confirmación de la desesperación. De la ciudad desesperada, pasamos al campo desesperado’.
‘La mayoría de los hombres, por mera ignorancia y error, están tan preocupados con los artificiales cuidados e innecesarios trabajos rudos de la vida, que no pueden cobrar sus mejores frutos. Sus dedos, de tanto trabajar, son demasiado torpes y tiemblan demasiado. Realmente el jornalero no tiene tiempo libre para vivir con verdadera integridad todos los días; no le es permitido mantener las relaciones más viriles con los hombres, por que su trabajo seria despreciado en el mercado. No tiene tiempo de ser otra cosa que una maquina’.
‘No es el hecho lo que importa, el dato empírico, sino la impresión o el efecto que ejerce ese hecho sobre la mente’.
‘¿Por que hemos de tener una prisa grande en triunfar, y en empresas tan desesperadas? Si un hombre no marcha a igual paso que sus compañeros, puede que eso se deba a que escucha un tambor diferente. Que camine al ritmo de la música que oye, aunque sea lenta y remota’.
‘Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente, enfrentar solo los hechos esenciales de la vida, y ver si no podía aprender lo que ella tenia que enseñar, no sea que cuando estuviera por morir descubriera que no había vivido’.