David-Hume

Fue un filósofo, economista, sociólogo e historiador escocés y constituye una de las figuras más importantes de la filosofía occidental y de la Ilustración escocesa.

Los historiadores consideran que la filosofía de Hume no es válida como una profundización en el escepticismo, aunque esta visión ha sido discutida argumentando que el naturalismo tiene un peso comparable en su pensamiento. El estudio de Hume ha oscilado entre los que enfatizan la vertiente escéptica de Hume (como es el caso del positivismo lógico), y los que, en cambio, consideran más importante la vertiente naturalista (como Don Garret, Norman Kemp Smith, Kerry Skinner, Barry Stroud yGalen Strawson).

Hume estuvo fuertemente influido por los empiristas John Locke y George Berkeley, así como por varios escritores franceses como Pierre Bayle, y algunas figuras del panorama intelectual anglófono como Isaac Newton, Samuel Clarke, Francis Hutcheson y Joseph Butler.

Hume afirma que todo conocimiento deriva, en última instancia, de la experiencia sensible, siendo ésta la única fuente de conocimiento y sin ella no se lograría saber alguno.

FRASES SELECCIONADAS:

‘Afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias’.

‘Al estar determinados por costumbre a trasladar el pasado al futuro en todas nuestras inferencias, cuando el pasado ha sido absolutamente y regular y uniforme, esperamos el acontecimiento con la máxima seguridad y no dejamos lugar para la suposición contraria’.

‘…atribuyendo a la divinidad, como es demasiado común, las pasiones y flaquezas humanas, se la representa celosa y vengativa, caprichosa e injusta, como una persona perversa y tonta en todo sentido, excepto en lo relativo a su poder y autoridad superiores’.

‘Aunque no hubiera azar en este mundo, nuestra ignorancia de la causa real de un suceso tendría la misma influencia sobre el entendimiento y engendraría un tipo de creencia u opinión similar’.

‘Barbarie y arbitrariedad: tales son los atributos, aunque se los disimule con otros nombres, que constituyen, según podemos ver en todas partes, el carácter dominante de la Deidad para las religiones populares’.

‘Cada solución da pie a una nueva pregunta’.

‘Cualquiera que sea la definición de libertad que demos, debemos tener cuidado en observar dos requisitos: primero, que no contradiga los hechos;segundo, que sea coherente consigo misma’.

‘De la primera aparición de un objeto, nunca podemos hacer conjeturas sobre qué efecto resultará de él. Pero si la mente pudiera descubrir el poder o energía de cualquier causa, podríamos prever el efecto, incluso sin la ayuda de la experiencia, y, desde el principio, pronunciarnos con certeza con respecto a él, por la mera fuerza del pensamiento y del razonamiento’.

‘Desde mi punto de vista, sólo parece haber tres principios de conexión entre ideas, a saber: semejanza, contigüidad en el tiempo o en el espacio ycausa o efecto’.

‘Durante la guerra, dice Jenofonte, los lacedemonios elevaban siempre sus plegarias a la mañana muy temprano, para anticiparse a sus enemigos y comprometer así a los dioses en favor suyo, por ser los primeros solicitantes’.

‘… el autodominio de la mente es limitado, como lo es su dominio del cuerpo’.

‘El hombre es el mayor enemigo del hombre’.

‘El hombre es un ser racional y continuamente está en busca de la felicidad que espera alcanzar mediante la gratificación de alguna pasión o sentimiento. Rara vez actúa, habla o piensa sin una finalidad o intención’.

‘El hombre es un ser racional, y, en cuanto tal, recibe de la ciencia el alimento y la nutrición que le corresponde. Pero tan escaso es el alcance de la mente humana que poca satisfacción puede esperarse en este punto, ni del grado de seguridad, ni de la extensión de sus adquisiciones’.

‘… el más alto celo en religión y la más profunda hipocresía, lejos de ser incompatibles, van con frecuencia por lo general unidos en un único carácter individual’.

‘El más dulce e inofensivo camino de la vida conduce a través de las avenidas de la ciencia y del saber’.

‘… el pensamiento; y como estas causas nunca operan en dos personas de la misma manera, nunca encontramos a dos personas que piensen exactamente igual. En realidad ni siquiera la misma persona piensa exactamente igual en dos periodos diferentes de tiempo’.

‘… el pueblo, en todas partes, rebaja a sus deidades hasta su propio nivel y las considera meramente como una especie de criaturas humanas, algo más poderosas e inteligentes’.

‘El razonar riguroso y preciso es el único remedio universal válido para todas las personas y disposiciones,..’.

‘El trabajo y la pobreza, tan aborrecidos por todo el mundo, son el destino seguro de la gran mayoría’.

‘En general hay un grado de duda, de cautela y modestia que, en toda clase de investigaciones, debe acompañar siempre al razonador cabal’.

‘En la infancia de una nueva religión, los sabios e instruidos generalmente consideran que el asunto es demasiado poco importante para merecer su atención o mirada. Y cuando, después, de buena gana descubrirían la trampa para desengañar a la multitud engañada, el momento ha pasado y los documentos y testigos que podrían aclarar el asunto han desaparecido irremediablemente’.

‘Es seguro que los campesinos más ignorantes y estúpidos, o los niños, o incluso las bestias salvajes hacen progresos con la experiencia y aprenden las cualidades de los objetos naturales al observar los efectos que resultan de ellos’.

‘Hesíodo, cuyos escritos juntamente con los de Homero contenían el ‘sistema canónico de los cielos’, supone que dioses y hombres han surgido por igual de fuerzas desconocidas de la naturaleza’.

‘Jamás se confunde un óvalo con un círculo ni una hipérbola con una elipse. El isósceles y el escaleno se caracterizan por límites más precisos que los de vicio y virtud, bien y mal’.

‘La belleza de las cosas existe en el espíritu de quien las contempla’.

‘La débil comprensión humana no puede quedar satisfecha al concebir a su Dios como un puro espíritu y una inteligencia perfecta’.

‘…la contradicción de sucesos se deba no a cualquier fallo de la causa, sino a la secreta operación de causas contrarias’.

‘La función propia de la religión es regular el corazón de los hombres, humanizar su conducta, infundir el espíritu de templanza, orden y obediencia’.

‘… la gran fuerza de la costumbre y de la educación que conforman la mente humana desde la infancia y le moldean un carácter fijo y establecido’.

‘La idea de Dios, en tanto que significa un ser infinitamente inteligente, sabio y bueno, surge al reflexionar sobre las operaciones de nuestra propia mente y al aumentar indefinidamente aquellas cualidades de bondad y sabiduría’.

‘La naturaleza mantendrá siempre sus derechos y, finalmente, prevalecerá sobre cualquier razonamiento abstracto’.

‘La oscuridad es efectivamente penosa para la mente, como lo es para el ojo, pero sacar la luz de la oscuridad, por el esfuerzo que sea, ha de ser deleitable y producir regocijo’.

‘La precisión es siempre ventajosa para la belleza, y el razonamiento riguroso para el sentimiento refinado. Vanamente exaltaríamos el uno despreciando el otro’.

‘…la propensión habitual de la humanidad hacia lo maravilloso, y que aunque esta inclinación pueda, en ciertos intervalos, ser frenada por el saber y por sentido común, no puede radicalmente extirparse de la naturaleza humana’.

‘La razón es, y sólo debe ser, esclava de las pasiones’.

‘La religión primitiva de la humanidad tiene su fuente principal en el inquietante temor del futuro’.

‘La única utilidad inmediata de todas las ciencias es enseñarnos cómo controlar y regular acontecimientos por medio de sus causas’.

‘… lo único que podemos esperar de nuestra filosofía es una mayor estabilidad, si no una mayor verdad, a cuenta de su más exacta y meticulosa manera de proceder’.

‘Las acciones de un hombre no sólo son interdependientes en cualquier período limitado de su vida, sino durante toda su duración, de la cuna a la tumba’.

‘Las Bellas Letras no son sino un retrato de la vida humana en diversas actitudes y situaciones’.

‘… las causas y efectos no pueden descubrirse por la razón, sino por la experiencia’.

‘Las percepciones morales, por tanto, no deben clasificarse con las operaciones del entendimiento, sino con los gustos o sentimientos’. (Reflexión tomada de Hutchenson).

‘Los errores en materia de religión son peligrosos; en filosofía son simplemente ridículos’.

‘Los romanos adoptaban comúnmente los dioses de los pueblos conquistados y nunca discutían los atributos de las deidades locales y nacionales en cuyos territorios residían’.

‘Los sabios prestan una fe muy académica a todo informe que favorece la pasión del narrador, bien que ensalce su país o su familia, o a sí mismo, o que, de de cualquier otro modo, coincida con sus inclinaciones y propensiones naturales’.

‘Los sacrificios humanos de cartagineses, mexicanos y muchos pueblos bárbaros apenas superan la inquisición y las persecuciones de Roma y Madrid’.

‘Los sentimientos de nuestro corazón, la agitación de nuestras pasiones, la intensidad de nuestros sentimientos debilitan sus conclusiones y reducen al filósofo profundo a un mero plebeyo’.

‘Los viajeros y conquistadores griegos y romanos reconocían sin mayor dificultad a sus propios dioses en todas partes y decían: éste es Mercurio; aquélla es Venus; éste, Marte; aquél, Neptuno, cualquiera fuera el nombre con que se designara a los dioses extranjeros’.

‘Nada es más libre que la imaginación humana…’.

‘Nada hay tan semejante como los huevos, pero nadie, en virtud de esta aparente semejanza, aguarda el mismo gusto y sabor en todos ellos’.

‘Nada existe sin una causa; y a la causa original de este universo cualquiera que sea la llamamos Dios y piadosamente le atribuimos todo tipo de perfección’.

‘Ni aún los dioses inmortales -dicen algunos pueblos germánicos a César- pueden rivalizar con los suevos’.

‘Ningún orden, ninguna posición permanece nunca inalterada ni un momento’.

‘Nuestra vida es demasiado corta para sondear abismos tan profundos’.

‘Parece, ciertamente, como si los hombres empezasen a tratar esta cuestión de la libertad y la necesidad por donde no deben, al iniciarla con el examen de las facultades del alma, la influencia del entendimiento y las operaciones de la mente. Que discutan primero una cuestión más sencilla, a saber, las operaciones del cuerpo y de la materia bruta irracional…’.

‘Parece una proposición que no admitirá mucha discusión que todas nuestras ideas no son sino copias de nuestras impresiones, o, en otras palabras, que nos es imposible pensar algo que no hemos sentido previamente con nuestros sentidos internos o externos’.

‘Pero, aunque nuestro pensamiento aparenta poseer esta libertad ilimitada, encontraremos en un examen más detenido que, en realidad, está reducido a límites muy estrechos, y que todo, este poder creativo de la mente no viene a ser a ser más que la facultad de mezclar, trasponer, aumentar o disminuir los materiales suministrados por los sentidos y la experiencia’.

‘Pero la clase más usual de conexión entre los distintos sucesos que forman parte de cualquier composición narrativa es la de causa y efecto’.

‘Pero los sentimientos más elevados de la mente, las operaciones del entendimiento, las diversas agitaciones de las pasiones, aún cuando son diferentes en sí mismos, fácilmente se nos escapan cuando la reflexión los examina’.

‘Pero si la mente pudiera descubrir el poder o energía de cualquier causa, podríamos prever el efecto, incluso sin la ayuda de la experiencia, y, desde el principio, pronunciarnos con certeza con respecto a él, por la mera fuerza del pensamiento y del razonamiento’.

‘Podemos observar que, pese al carácter dogmático y coercitivo de toda superstición, la convicción de los creyentes es, en todas las épocas, más fingida que real y apenas si alguna vez se aproxima, en cierta medida, a la sólida creencia y convicción que nos rige en los asuntos comunes de la vida’.

‘¿Por qué tiene la voluntad influjo sobre la lengua y los dedos y no sobre el corazón y el hígado? Esta pregunta nunca nos pondría en un aprieto si fuéramos conscientes de un poder en el primer caso, pero no en el último’.

‘Por tanto, el mayor obstáculo de nuestro progreso en ciencias morales o metafísicas es la oscuridad de las ideas y la ambigüedad de los términos’.

‘Por tanto, la hipótesis religiosa ha de considerarse sólo un método más para dar razón de los fenómeno visibles del universo. Pero ningún razonador cabal se tomará la libertad de inferir de ella un hecho cualquiera o alterar o añadir lo más mínimo a los fenómenos’.

‘Por tanto, toda la filosofía del mundo y toda la religión, que no es sino una clase de filosofía, jamás serán capaces de llevarnos más allá del curso habitual de la experiencia o darnos pautas de conducta o comportamiento distintas de las que nos suministra la reflexión sobre la vida común’.

‘Pues siempre que la repetición de un acto u operación particular produce una propensión a renovar el mismo acto u operación, sin estar impelido por ningún razonamiento o proceso del entendimiento, decimos siempre que esta propensión es el efecto de la costumbre’.

‘Que los estudiantes de filosofía aprendan primero lógica, después ética, a continuación física y en último lugar la naturaleza de los dioses’.

‘¿Qué respondía el oráculo de Delfos cuando se le preguntaba cuáles eran los ritos o cultos más aceptables para los dioses? ‘Aquellos que están legalmente establecidos en cada ciudad’.

‘Se reconoce que el mayor esfuerzo de la razón humana consiste en reducir los principios productivos de los fenómenos naturales a una mayor simplicidad, y los muchos efectos particulares a unos pocos generales por medio de razonamientos apoyados en la analogía, la experiencia y la observación’.

‘Si juzgamos por nuestra experiencia limitada e imperfecta, la generación tiene algunas ventajas sobre la razón; porque todos los días vemos a la última provenir de la primera, pero nunca a la primera de la última’.

‘Si no hubiera uniformidad en las acciones humanas, y si toda la experiencia que pudiéramos tener de ellas fuera irregular y anómala, seria imposible acumular observaciones generales acerca de la humanidad; y ninguna experiencia, por mucho que fuera la precisión con la que hubiera asimilado la capacidad reflexiva, tendría utilidad’.

‘… se supone que los vientos, la lluvia, las nubes y otras variaciones climatológicas están gobernados por principios constantes, aunque la sagacidad e investigación humanas no los descubren fácilmente’.

‘Sin el influjo de la experiencia estaríamos en total ignorancia de toda cuestión de hecho, más allá de lo inmediatamente presente a la memoria y a los sentidos’.

‘Sólo ante el descubrimiento de fenómenos extraordinarios, como terremotos, epidemias y prodigios de cualquier tipo, no saben asignar una causa adecuada y explicar el modo en que el efecto es producida por ella. Es normal que los hombres, en dificultades semejantes, recurran a algún principio inteligente invisible como la causa inmediata del acontecimiento que les sorprenda y que, piensan ellos, no pueden explicarse con los poderes comunes de la naturaleza’.

‘Sólo por experiencia conocemos el influjo de nuestra voluntad’.

‘¿Son distintas las costumbres de los hombres en diferentes épocas y países? Este hecho nos enseña la gran fuerza de la costumbre y de la educación que conforman la mente humana desde la infancia y le moldean un carácter fijo y establecido’.

‘Tan lejos se estaba, en aquellos tiempos, de considerar impío a quien concibiera el origen del mundo sin la intervención divina, que Tales, Anaxímenes, Heráclito y otros, que abrazaron este sistema cosmogónico, no suscitaron objeciones, al par que Anaxágoras, sin duda el primer monoteísta entre los filósofos, fue quizás el primero a quien se acusó alguna vez de ateísmo’.

‘Tengamos en cuenta que la virtud, el saber, el amor a la libertad son las cualidades que desencadenan la fatal venganza de los inquisidores y que, cuando las mismas son destruidas, dejan a la sociedad en la más vergonzosa ignorancia, corrupción, y sometimiento’.

‘Toda creencia en una cuestión de hecho o existencia reales deriva meramente de algún objeto presente a la memoria o a los sentidos y de una conjunción habitual entre éste y algún objeto’.

‘Toda idea es copia de alguna impresión o sentimiento precedente, y donde no podemos encontrar impresión alguna, podemos estar seguros de que no hay idea’.

‘Todas las ideas, especialmente las abstractas, son naturalmente débiles y oscuras’.

‘Todas nuestras ideas o percepciones más endebles son copias de nuestras impresiones o percepciones más intensas’.

‘Todo el mundo se queja de su mala memoria; nadie de su poco entendimiento’.

‘Todos los objetos de la razón e investigación humana pueden, naturalmente, dividirse en dos grupos, a saber: relaciones de ideas y cuestiones de hecho…’.

‘Todos los razonamientos pueden dividirse en dos clases, a saber, el razonamiento demostrativo o aquel que concierne a las relaciones de ideas y el razonamiento moral o aquel que se refiere a las cuestiones de hecho y existenciales’.

‘Una obra sin finalidad se parecería más a los delirios de un loco que a los sobrios esfuerzos del genio o del sabio’.

‘Y aunque se reconozca el peso y la autoridad real de la virtud y del honor en las multitudes y en los partidos, nunca se espera encontrar el absoluto desinteresado que tantas veces finge. Rara vez se espera encontrarlo en los dirigentes, muy escasamente incluso en individuos de cualquier rango y posición’.

‘Y en la filosofía no podemos ir más lejos de afirmar que la creencia es algo sentido por la mente que distingue las ideas del juicio, de las ficciones de la imaginación’.

‘… y jamás puede permitirse que nuestros pensamientos vayan a la deriva, si hemos de realizar una obra que produzca a la humanidad satisfacción duradera’.

‘… y una equivocación es necesariamente progenitora de otra…’.

Citas acerca de Hume:

‘Rousseau estaba loco, pero fue muy influyente; Hume era cuerdo, pero no tuvo seguidores’. Bertrand Russell.

Pese a todo, siempre lo he considerado [a Hume] , tanto en vida como tras su muerte, tan próximo al ideal de un hombre perfectamente sabio y virtuoso como lo permite la naturaleza de la fragilidad humana. Adam Smith.

‘En cada página de David Hume hay más para aprender que en las obras completas de Hegel, Herbart y Schleiermacher’. Arthur Schopenhauer.