Yo formulo la pregunta siguiente: ¿se han mirado alguna vez a sí mismos? No hablo de mirarse la cara en el espejo. ¿Saben lo que significa que se miren a sí mismos verdaderamente, tal como son en realidad? ¿Eso les atemoriza? Están atemorizados porque tiene una imagen de sí mismos. Piensan: yo soy mejor que eso, soy más noble que eso. O bien: qué espantosamente feo soy, qué viejo, qué decrépito, qué enfermo, qué necio soy. Todo eso les impide mirar. Yo sólo quiero verme a mí mismo tal como soy. No deseo ver con el fin de seleccionar aquí y allá de entre aquello que veo. Yo sólo quiero mirar. ¿Se han mirado alguna vez a sí mismos? ¿Se han mirado alguna vez por un rato, como cuando se miran en un espejo mientras se afeitan, o se peinan, o se arreglan? ¿Han dedicado alguna vez diez minutos, como lo hacen ante un espejo, para observarse atentamente a sí mismos sin opción alguna, sin sentido alguno de juicio o evaluación; sólo para observarse? Eso es lo más importante.
¿Requiere esto una gran dosis de coraje? Mi interés, mi pasión para observar lo que realmente soy, es lo que me permite mirar. No así mi temor a descubrir lo que soy. No sé si ustedes captan este punto. Yo estoy vitalmente, tremendamente interesado en ver lo que soy, cualquier cosa que aquello pueda representar. ¿Lo están ustedes? En mis relaciones quiero ver si miento o si digo la verdad, o si estoy atemorizado; quiero ver si soy codicioso o ambicioso, quiero vigilar atentamente todos los sutiles movimientos que se insinúan dentro y fuera de mi vida.
Y bien: ¿cómo he de mirarme a mí mismo? ¿Es mi mente capaz de mirarse? ¿Significa eso que mi pensamiento se separa para mirar a los otros pensamientos? Ese pensamiento único que se ha separado a sí mismo de los otros pensamientos dice entonces: esto es correcto, esto es erróneo, esto es bueno, esto es malo, me quedaré con esto, con esto no quiero quedarme, qué temeroso soy, qué feo. Ahora bien, ¿es eso mirar? Cuando un pensamiento se separa a sí mismo de los otros, ¿es capaz de mirar ¿O ustedes pueden mirarse sólo cuando no existe la fragmentación del pensamiento?
¿Se han mirado alguna vez a sí mismos, el modo como se comportan, el por qué se comportan ustedes de ese modo, cómo caminan, cómo hablan, cómo escuchan? Señor, ¿está usted atento a lo que hace su cuerpo, a las reacciones nerviosas, como la contracción de sus dedos? ¿Está atento a sí mismo, a sus pensamientos, sentimientos, a sus motivos profundos, a sus impulsos, a su instinto?, ¿está completamente atento a todo esto, no corrigiendo sino observando, vigilando, mirando?