En muchas ocasiones, sabemos que nuestra vida no es plena, pero nos hemos acostumbrado a ella y optamos por la seguridad frente a la plenitud y nos adaptamos a ella, frenando así nuestro crecimiento personal. Nuestro personaje, aquel que interpretamos a veces sin ser conscientes de ello, ha creado un escenario en el que se siente cómodo, en el que lo tiene todo controlado. Aunque este escenario no nos lleve a la plenitud, tememos salir de él y explorar otros terrenos. Para ello antes necesitaríamos cambiar nuestros esquemas mentales limitantes por otros más amplios.
El primer paso para caminar hacia la plenitud consiste en detectar esa área de confort y atrevernos a cuestionar sus límites para caminar hacia el autoconocimiento y la soberanía personal. El miedo, las cesiones de espacio y el olvidarnos de ejercer nuestra autonomía hace que a menudo hayamos creado uno o varios personajes que nos ayudan a vivir nuestra vida, pero que refuerzan nuestro condicionamiento sin posibilidad de cambio en la dirección del desarrollo personal.
Hay personajes con una cara amable incapaces de negarles nada a los demás (por miedo al rechazo), otros personajes mucho más duros, que se muestran de manera agresiva (por miedo a ser heridos), personajes que se escudan tras una exitosa profesión confundiendo quién soy con qué hago.
Para alcanzar la plenitud, debemos ser los actores de una vida en pleno desarrollo, estar dispuestas a salir de la zona de comodidad en la cual nos encontramos a gusto y ser capaces de efectuar los cambios necesarios para tener una vida plena, la cual consiste en un constante desarrollo de todo nuestro potencial de crecimiento.
HERRAMIENTAS:
- Descubre el poder del ahora: el pasado forma parte de nuestro aprendizaje, y el futuro es una ecuación que debemos despejar día a día. Pero es aquí y ahora cuando podemos crear y cambiar todo aquello que deseemos. Como dice un hermoso proverbio árabe, ‘lo pasado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo’.
- Ocupa tu espacio: a veces vivimos para los demás, dejando que ellos tomen las decisiones por nosotros. Otras veces ocupamos su espacio, intentando ser nosotros quienes decidimos por ellos. La clave de nuestras relaciones está en escuchar la opinión de todo el mundo y respetarla sin que nadie esté por encima de nadie. Sólo a través de la comprensión y la tolerancia se puede avanzar en el camino de la vida.
- Libérate de los prejuicios: somos lo que pensamos, y en aquello que pensamos nos convertimos. Funcionamos como un ordenador: si programamos nuestro cerebro con condicionamientos sociales negativos o con programas como ‘esto no es para mí’ o ‘yo no valgo lo suficiente’, terminaremos negando nuestro potencial y no pudiendo desarrollarlo. No conviene olvidar que uno crea lo que cree, y hace más el que quiere que el que puede.
- Utiliza los miedos para crecer: si observamos nuestras decisiones, veremos que en última instancia todas están movidas por dos motores principales, uno de ellos es el amor y el otro es el miedo, que se puede manifestar de muy diferentes maneras… el miedo tiene múltiples disfraces. Lo podemos identificar por su energía paralizante, porque sus dudas nos impiden avanzar y hacer aquello que realmente sentimos. Si descubrimos nuestros miedos, podemos aprender de ellos. No niegues tus miedos, aprende de ellos, crece, disuélvelos y no dejes que te paralicen.
- Hazle una visita a tu corazón: el amor es la llave que abre el camino de la felicidad. Intenta bajar a tu corazón y conectarte con tus verdaderos sentimientos, aprenderás mucho de ellos. Muchas veces, las decepciones que sufrimos en la vida hacen que el miedo, y no el amor, tome las riendas de nuestra existencia: creamos barreras, para que los demás o incluso para que nosotros mismos no seamos capaces de llegar a nuestro corazón. Tratar de descubrir la razón de nuestro miedo es un primer paso fundamental para nuestro desarrollo, ya que en el miedo siempre hay una lección importante que aprender. Una vez la hayamos aprendido, no temeremos escuchar a nuestro corazón, que es nuestro gran maestro.
- Escucha a tu cuerpo: el cuerpo es nuestro vehículo en este viaje por la vida, olvidaros de él es negarnos la posibilidad de desarrollarnos. Arpende a escuchar sus mensajes y atiende a sus necesidades.
- Conecta con tu niño interior a través de la danza: al ritmo de la música, liberamos emociones y sentimientos imposibles de desbloquear a través de la comunicación verbal.
- Aprende a optimizar tus energías: muchas veces vivimos divididos, pensamos una cosa pero decimos otra y actuamos de una tercera. Esta incoherencia nos hace malgastar mucha energía vital.
CONDICIONES NECESARIAS PARA EL DESARROLLO:
- Comprender su situación, sus dificultades y sus posibilidades.
- Sentir un fuerte deseo de salir del estado presente o un gran interés por es estado nuevo desconocido que debe aportar el cambio.
- Experimentar una violenta repugnancia por su estado presente, o una viva atracción por el estado futuro que se puede alcanzar.
- Disciplina: un método que se sigue regularmente.
- Confianza en uno mismo y deseos de cambio.
FRASES:
- ‘En el momento en que uno se compromete claramente, la providencia empieza a moverse también. Ocurren entonces muchas cosas que te ayudan y que normalmente no hubieran ocurrido jamás. De la decisión surgen una serie de acontecimientos y recibes ayuda de incidentes y encuentros con los que no hubieras soñado’. William Hutchinson Murray, líder de la expedición escocesa que escaló el Everest en 1951.
- ‘El primer deber del hombre es desarrollar todo lo que posee, todo aquello en que él mismo pueda convertirse’. Andre Maurois.
- ‘El cambio y la mejora emocional es posible, pero para ello la persona tiene que querer y estar dispuesta a pagar por ello el precio que considere que vale su propio desarrollo’. José Antonio González.
- ‘Rãhula [el hijo de Buda] no poseía la cortesía, la habilidad política, o el poder de convicción de su padre, por no mencionar su radiante carisma. Pero, ¿cómo podría, en efecto, haber desarrollado tales cualidades, si éstas sólo se desarrollan al enfrentarse al mundo?’ . H. W. Schumann.
- ‘El desarrollo se entiende como un ensanchamiento y expansión de los propios horizontes, una ampliación de los propios límites, exteriormente en perspectiva e interiormente en profundidad’. Ken Wilber
- ‘La persona es víctima de lo que no ha desarrollado (energía, afectividad, e inteligencia). Para saber qué es lo que falta por desarrollar, no hay más que ver qué es lo que nos hace sufrir en la vida diaria’. Antonio Blay.
- ‘En primer lugar, consideremos un hecho básico de la vida: que no se logra nada importante sin aceptar la frustración. La idea de que podemos aprender sin esfuerzo, es decir, sin frustración, puede servir para un eslogan publicitario, pero ciertamente no es válida para los grandes aprendizajes. Sin capacidad para aceptar la frustración, el hombre difícilmente habría podido desarrollarse. Y ¿no nos muestra la vida cotidiana que muchas veces la gente padece frustraciones sin tener una reacción agresiva? Lo que puede producir agresión, y a menudo la produce, es lo que la frustración significa para una persona determinada’. Erich Fromm.
- En el desarrollo espiritual sólo hay perfección y hasta que ésta no se logra debemos seguir con nuestra tarea sin ideas de progreso o falta de progreso. Dhiravamsa.
- ‘Debemos aplicarnos a nuestro propio desarrollo y a medida que crezcan nuestra felicidad interior y nuestra compasión, otros muchos se darán cuenta de manera natural de los beneficios de lo que estamos intentando lograr y se sentirán inspirados a seguir nuestro ejemplo’. Dharma Arya Akong Rimpoché.
- ‘Platón concebía la cultura no como una sublimación represiva, sino como el libre autodesarrollo de Eros’. Herbert Marcuse.
- ‘La preocupación fundamental de Marx era, como fue la de Hegel, el pleno desarrollo de las potencialidades del hombre, el sujeto, que, como Hegel decía, ‘se trasladaba de la noche de la posibilidad al día de la realización’. E. Fromm.
- ‘Cualidades del alma en relación con el cuerpo: templanza responde a salud, prudencia a sensibilidad, valor al vigor y fuerza y justicia a la belleza. La naturaleza nos proporciona gérmenes de estas cualidades pero es preciso desarrollarlos y perfeccionarlos mediante la cultura: los del cuerpo en virtud de la gimnasia y de la medicina; los del alma, mediante la educación y la filosofía’. Platón.