Comprender

En nuestra sociedad actual, vivimos desbordados por una multiplicidad de impresiones, de exigencias, de urgencias, que nos obligan a estar constantemente dependiendo del exterior, que nos obligan a estar continuamente atendiendo asuntos, problemas, gestiones, y que nos inducen a estar siempre en movimiento, en acción.

Se dice que el hombre de hoy en día está alienado, con lo cual se quiere decir que está fuera de sí, que está enajenado. En efecto, el hombre está fuera de su eje, no vive centrado sino que vive crispado hacia el exterior, y si quiere recuperar su equilibrio tiene que aprender a abrirse interiormente, a vivir su mundo interior al mismo tiempo que vive el mundo exterior.

Algunas de las cualidades que se pueden desarrollar mediante el trabajo interior son las siguientes:

  • Tener una mayor serenidad para afrontar las situaciones.
  • Tener una mayor fuerza personal, una mayor sensibilidad.
  • Tener una mayor capacidad de concentración y de asimilación.
  • Poder asumir mayores responsabilidades (al aumentar la capacidad de rendimiento intelectual).

Para hacer esto que llamamos trabajo interior, el instrumento es nuestra propia mente.  Pero nuestra mente se ha acostumbrado a funcionar de un modo muy tenso, muy acelerado, crispado y superficial, porque  necesita estar constantemente atendiendo necesidades y exigencias del exterior. Esto hace que la mente ya no funcione en su capacidad puramente intelectual sino que queda envuelta por estos mecanismos afectivos que la traban. Del mismo modo que si pusiéramos unos objetos dentro de los engranajes de una maquinaria la trabarían, también todos los miedos, las impaciencias, las angustias, son verdaderos obstáculos que impiden el normal funcionamiento de nuestra maquinaria mental.

Esto sucede porque nuestra mente se ha acostumbrado a funcionar así, se ha acostumbrado a buscar continuamente, a pasar de un objeto a otro con rapidez, sin ahondar, sin sopesar las cosas con profundidad, con serenidad, y está corriendo siempre al galope, de tal manera que cuando queremos imponerle el silencio no lo conseguimos; la mente va por su propio camino y adquiere autonomía, y muchas veces nos cuesta trabajo seguirla. Por eso, la mente, que es el medio de conocimiento, el medio de toma de conciencia, como habitualmente funciona con un ritmo acelerado, superficial y distorsionado, se convierte en un obstáculo cuando queremos manejarla para ahondar en nosotros, para contactar con nuestra fuerza interior.

Otra causa que convierte la mente en obstáculo lo constituye el que nos hemos acostumbrado a buscar soluciones a todos los problemas a través del pensamiento. Como los problemas del mundo exterior los manejamos por medio de esa capacidad de simbolización que es nuestro pensamiento y nuestro lenguaje, cuando sentimos un problema interior y queremos ahondar en él no sabemos adoptar más que esta misma herramienta y el mismo procedimiento que utilizamos para lo exterior:  pensamientos entrelazados desde el lenguaje simbólico.

Pero nuestra realidad interior no podemos descubrirla mediante el pensamiento. Nuestra realidad interior necesita de otras capacidades mentales que no son el pensamiento. Necesita de nuestra lucidez, de nuestro intelecto, pero no de nuestra capacidad de razonar, la cual es una de las capacidades elementales de nuestra mente. Pero como en la vida diaria no utilizamos más que esta capacidad, queremos utilizar esta misma capacidad para resolver problemas interiores y para ahondar en nosotros mismos. De esta manera la mente se convierte en problema, en un nuevo obstáculo, cuando tratamos de descubrir qué somos, cuál es nuestra realidad, nuestros valores y carencias. Pero a pesar de esto, la mente es el medio, la mente es camino.

Si queremos que nuestra vida interior sea realmente lúcida, tenemos que aprender a ahondar en lo que está vivo: en nuestra mente es la atención, en nuestro campo emocional es el sentimiento y en nuestro cuerpo es la sensación y todas las funciones fisiológicas. Y sólo viviendo este foco vivo de la mente que es la atención, junto con el foco viviente del sentimiento se produce el descubrimiento de lo que somos. Y se trata no sólo de un nuevo conocimiento sino de una transformación.

FRASES:

  • ‘Sólo después de encontrarme a mí mismo puede ayudar a otros. Y si he de ayudar debo tener comprensión completa y, sobre todo, infinito amor’. Krishnamurti.
  • ‘Si quieres conocerte a ti mismo, observa las acciones ajenas; si quieres comprender a los demás, mira dentro de tu propia alma’. Schiller.
  • ‘Todo lo que nos irrita de los demás nos puede llevar a tener más comprensión de nosotros mismos’. Carl Gustav Jung.
  • ‘Si el cerebro humano fuera tan simple que pudiéramos entenderlo, entonces seríamos tan simples que no podríamos entenderlo’. Anónimo.
  • ‘En la profunda comprensión de uno mismo reside la felicidad que cada ser humano busca a tientas y se esfuerza por lograr’. J. Krishnamurti
  • ‘No sólo las acciones de otros, también las nuestras las comprendemos a veces únicamente al cabo de muchos años’.  Arthur Schopenhauer.