Para ser auténticamente individual, la acción [acción que emana de una mente lúcida, no condicionada] debe nacer de la inteligencia creativa [no de pautas, hábitos y esquemas viejos]; esto implica ausencia de temor y no estar presos en ninguna ilusión (12).
Por acción individual me refiero a la acción que nace del completo entendimiento, de la comprensión completa por parte del individuo, comprensión no impuesta por otros. Donde existe esa comprensión, está la verdadera individualidad, la verdadera soledad -no la soledad del escape a la solitud, sino la soledad que nace del pleno entendimiento de las experiencias de la vida-. Para que haya integridad de acción, la mente debe estar libre de la idea del hoy, el ayer y el mañana (12).
Individualidad es el estado en el cual la acción tiene lugar gracias a la comprensión liberada de todos los patrones [condicionamientos, prejuicios] sociales, económicos o espirituales. Eso es lo que yo llamo individualidad verdadera, porque es una acción nacida de la comprensión plena (12).
¿Qué es un individuo? No es un ser humano empujado a la acción por el medio en el que vive, por las circunstancias (13).
La individualidad es ese reconocimiento pleno, la conciencia plena del pensamiento separado, de la emoción separada, limitados y sujetos ambos por el cautiverio del medio en el que vivimos; y a la expresión de ese pensar y sentir limitados -que son en esencia la misma cosa-, le llamamos expresión propia. Esta expresión del individuo, que no es sino la conciencia de la separación, está, o bien forzada u obligada por las circunstancias a tomar cierto canal particular de acción o, a pesar de las circunstancias, expresa la inteligencia, la cual es el vivir creativo (13).
La individualidad es la acumulación de los resultados de diversas acciones que han sido impedidas, obstaculizadas por ciertos valores heredados y adquiridos, así como por las limitaciones (13).
Hay una clase diferente de individualidad, que es la unicidad, resultado de la acción voluntaria y comprensiva. Es decir, si uno comprende el medio y actúa con el discernimiento de la inteligencia, entonces existe la verdadera individualidad. Esta unicidad no es separativa, porque es la inteligencia misma. La inteligencia es sola, única. Pero si usted actúa tan sólo bajo la compulsión de las circunstancias, entonces, aunque pueda pensar que es un individuo, sus acciones son nada más que una reacción en la que no hay verdadera inteligencia (13).
La acción que no contribuye a aumentar las miserias, el caos y la destrucción, sólo es posible cuando hay verdadera individualidad; y la individualidad es posible tan sólo cuando comprendemos todo este proceso de la conformidad y la imitación. Para la mayoría de nosotros, el vivir es mera busca de una pauta: la pauta que ha sido o la pauta que será. Cuando utilizamos la experiencia ajena, por verdadera que sea, como modelo para nuestra acción, entonces nuestra acción se basa realmente en la imitación, y esa acción es una mentira (50).