David Herbert Richards Lawrence, fue un escritor inglés autor de novelas, cuentos, poemas, obras de teatro, ensayos, libros de viaje, pinturas, traducciones y crítica literaria. Su literatura expone una extensa reflexión sobre los efectos deshumanizadores de la modernidad y la industrialización abordando temas relacionados con la salud emocional, la vitalidad, la espontaneidad, la sexualidad humana y el instinto. Las opiniones de Lawrence sobre todos estos temas le causaron múltiples problemas personales: además de una orden de persecución oficial, su obra fue objeto en varias ocasiones de censura; por otra parte, la interpretación sesgada de la misma a lo largo de la segunda mitad de su vida fue una constante. Como consecuencia de ello, hubo de pasar la mayor parte de su vida en un exilio voluntario, que él mismo llamó “peregrinación salvaje”.
Aunque en el momento de su muerte, su imagen en la opinión pública era la de un pornógrafo que había desperdiciado su considerable talento, E. M. Forster, en un obituario, defendió su reputación al describirlo como “el novelista imaginativo más grande de nuestra generación”.[5] Más adelante, F. R. Leavis, un crítico de Cambridge de notoria influencia, resaltó tanto su integridad artística como su seriedad moral, situando a buena parte de su ficción dentro de la “gran tradición” canónica de la novela en Inglaterra. Con el tiempo, la imagen de Lawrence se ha afianzado en la de un pensador visionario y un gran representante del modernismo en el marco de la literatura inglesa, pese a que algunas críticas feministas deploran su actitud hacia las mujeres, así como la visión de la sexualidad que se percibe en sus obras.
FRASES SELECCIONADAS:
‘Lo que los ojos no ven y la mente no conoce, no existe’.
‘El dinero y el mal llamado amor constituyen las dos grandes manías sociales. El dinero mucha más’.
‘El mundo moderno, al dar rienda suelta a la emoción sólo ha conseguido vulgarizarla. Lo que necesitamos es el dominio clásico’.
‘La nuestra es esencialmente una era trágica, así que nos rehusamos a considerarla trágicamente’.
‘La vida interior necesita una casa confortable y una buena cocina’.
‘Todos los redentores y fundadores de religiones no han hecho, a fin de cuentas, más que cortar los lazos que nos unen a la vida’.
‘El orgullo es una forma de egoísmo’.
‘El mundo esté lleno de esos seres incompletos que andan en dos pies y degradan el único misterio que les queda: el sexo’.
‘Alguien puede salir de la masa, pero esto no cambia nada; así que eso debemos tener en cuenta socialmente: las masas serán siempre las masas’.
‘La vida no es aceptable a no ser que el cuerpo y el espíritu vivan en buena armonía, si no hay un equilibrio natural entre ellos y si no experimentan un respeto natural el uno por el otro’.
‘Lo que la pornografía es para un hombre para otro es risa del genio’
‘Me gustaría saber por qué casi todo hombre que se aproxima a la grandeza tiende a la homosexualidad, más allá de que lo admita o no’.
‘Yo soy parte del sol, como mis ojos son parte de mí. Mis pies saben perfectamente que yo soy parte de la tierra; y mi sangre es parte de la mar. No hay ninguna parte de mí que exista por su cuenta, excepto, quizás, mi mente; pero en realidad mi mente no es más que un fulgor del sol sobre las superficies de las aguas’.