Fue hijo de un rico comerciante que se trasladó con su familia a Hamburgo cuando Danzig cayó en manos de los prusianos en 1793. Su madre fue una escritora que llegó a gozar de cierta fama, y aunque el Schopenhauer maduro no tuvo buenas relaciones con ella, el salón literario que fundó en Weimar proporcionó al filósofo la ocasión de entrar en contacto con personalidades como Goethe.
En 1805 inició, contra sus deseos, una carrera comercial como aprendiz por voluntad de su padre; la muerte de éste (al parecer, por suicidio) le permitió prepararse para los estudios superiores e ingresó en la Universidad de Gotinga como estudiante de medicina en 1809.
Pero la lectura de Platón y de Kant orientó sus intereses hacia la filosofía, y en 1811 se trasladó a Berlín, donde estudió durante dos años, siguiendo los cursos de Fichte y Schleiermacher; la decepción que ambos le causaron fue motivo de un momentáneo alejamiento de la filosofía y un interés por la filología clásica.
Las campañas napoleónicas le brindaron la ocasión de retirarse a Rudolfstadt, donde preparó su tesis titulada La cuádruple raíz del principio de razón suficiente que le valió el título de doctor por la Universidad de Jena y que fue publicada en 1813. Regresó después a Weimar, donde se relacionó estrechamente con Goethe y fue introducido por F. Mayer en la antigua filosofía hindú, uno de los pilares, junto con Platón y Kant, del que había de ser su propio sistema filosófico.
Éste quedó definitivamente expuesto en su obra El mundo como voluntad y representación. La realidad auténtica corresponde a un principio que Schopenhauer denominó voluntad, de la cual el mundo como representación es su manifestación; el sistema se completa con una ética y una estética. Cuando el individuo, enfrentado al mundo como representación, se pregunta por lo que se encuentra tras las apariencias, obtiene la respuesta como resultado de su experiencia interna, en lo que se conoce como voluntad; pero la irracionalidad de ésta, su condición de afán de vida perpetuamente insatisfecho, produce una insatisfacción que la conciencia sólo puede suprimir a través de una serie de fases que conducen a la negación consciente de la voluntad de vivir.
SELECCIÓN DE FRASES:
‘La soledad es la suerte de todos los espíritus excelentes’.
‘Por vida feliz, ha que entender siempre menos desdichada, es decir, soportable’.
‘Hay en el amor algo siempre decepcionante, un misterioso engaño que conduce, a quienes se dejan coger, a la mayor de las desgracias, a través de la esperanza de la mayor de las felicidades’.
‘El valor es, después de la prudencia, una condición especial a nuestra felicidad’.
‘Todo capricho surge de la imposición de la voluntad sobre el conocimiento’.
‘La cólera no nos permite saber lo que hacemos y menos lo que decimos’.
‘Los hombres superficiales tratan de llenar su tiempo; los sensatos lo utilizan’.
‘«Ni amar ni odiar»: esta regla encierra la mitad de la sabiduría’.
‘La amabilidad es como una almohadilla, que aunque no tenga nada adentro, por lo menos amortigua los golpes de la vida’.
‘La cantidad de rumores inútiles que un hombre puede soportar es inversamente proporcional a su inteligencia’.
‘A excepción del hombre, ningún ser se maravilla de su propia existencia’.
‘No hay ningún viento favorable para el que no sabe a qué puerto se dirige’.
‘Las religiones, como las luciérnagas, necesitan de la oscuridad para brillar’.
‘Los hombres vulgares han inventado la vida de sociedad porque les es más fácil soportar a los demás que soportarse a sí mismos’.
‘El hombre es en el fondo un animal terrible y cruel. Lo conocemos como ha sido domesticado y educado por lo que conocemos como civilización’.
‘Genio: el que es capaz de ver la idea en el fenómeno’.
‘El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros los que las jugamos’.
‘La riqueza es como el agua salada; cuanto más se bebe, más sed da’.
‘Todo lo que ocurre, desde lo más grande a lo más pequeño, ocurre necesariamente’.
‘El hombre que no es castigado no aprende’.
‘Los primeros cuarenta años de vida nos dan el texto; los treinta siguientes, el comentario’.
‘El hombre ha hecho de la Tierra un infierno para los animales’.
‘El amor es la compensación de la muerte’.
‘Todos los talentos son invisibles para quien carece de talento’.
‘El hombre es superior a las bestias, no porque las pueda hacer sufrir, sino porque es capaz de compadecerlas’.
‘En la música todos los sentimientos vuelven a su estado puro y el mundo no es sino música hecha realidad’.
‘La arquitectura es una música congelada’.
‘En no pocos casos el odio a una persona tiene sus raíces en la estimación involuntaria de sus virtudes’.
‘La belleza es una carta de recomendación que nos gana de antemano los corazones’.
‘Nada contribuye menos a la alegría que la riqueza, nada contribuye más que la salud’.
‘Ningún dinero mejor empleado que aquel que nos hemos dejado robar, porque nos ha servido para comprar prudencia’.
‘Predicar moral es fácil; mucho más fácil que ajustar la vida a la moral que se predica’.
‘En personas de virtudes moderadas la modestia es simple honestidad, pero en los que poseen gran talento es hipocresía’.
‘La actividad es indispensable al bienestar’.
‘El hombre no puede, por sí solo, sino muy poca cosa; es un Robinson abandonado; sólo en comunidad con los demás es poderoso’.
‘La memoria opera como la placa de una cámara oscura, que concentra todo y da una imagen mucho más bella que el original’.
‘Para millones y millones de seres humanos el verdadero infierno es la Tierra’.
‘La vida es una guerra sin tregua, y morimos con las armas en la mano’.
‘La virtud no se enseña, como tampoco el genio’.
‘La habilidad natural puede compensar cualquier clase de cultura; pero no hay cultura capaz de compensar la habilidad natural’.
‘El matrimonio es una celada [trampa] que nos tiende la Naturaleza’.
‘En la vejez se aprende mejor a esconder los fracasos; en la juventud, a soportarlos’.
‘La rebeldía es la virtud original del hombre’.
‘El amor, por etéreas e ideales que sean sus apariencias, tiene su raíz en el instinto sexual’.
‘El médico contempla al hombre en toda su flaqueza, el abogado en toda su maldad, y el sacerdote en toda su necedad’.
‘Por vida feliz hay que entender siempre menos desdichada; es decir, soportable. Y realmente, la vida no se nos ha dado para gozarla, sino para sufrirla, para pagarla’.
‘Los amigos se suelen considerar sinceros; los enemigos realmente lo son: por esta razón es un excelente consejo aprovechar todas sus censuras para conocernos un poco mejor a nosotros mismos, es algo similar a cuando se utiliza una amarga medicina’.
‘Quien ha perdido la esperanza ha perdido también el miedo: tal significa la palabra desesperado’.
‘El instinto social de los hombres no se basa en el amor a la sociedad, sino en el miedo a la soledad’.
‘El que no ama ya está muerto’.
‘El cambio es la única cosa inmutable’.
‘La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestran cuánto se aburren’.
‘Nadie es realmente digno de envidia’.
‘La personalidad del hombre determina por anticipado la medida de su posible fortuna’.
‘A excepción del hombre, ningún ser se maravilla de su propia existencia’.
‘Bajo el imperio de un interés amoroso, desaparece todo peligro y hasta el ser más pusilánime encuentra valor’.
‘Cada partida es una anticipación de la muerte y cada encuentro una anticipación de la resurrección’.
‘Cuantas menos razones tiene un hombre para enorgullecerse de sí mismo, más suele enorgullecerse de pertenecer a una nación’.
‘Cuanto más vulgar e ignorante es el hombre, menos enigmático le parece el mundo; todo lo que existe y tal como existe le parece que se explica por sí solo, porque su inteligencia no ha rebasado aún la misión primitiva de servir a la voluntad en calidad de mediadora de motivos’.
‘De vez en cuando se aprende algo, pero se olvida el día entero’.
‘Deambulamos en el laberinto de nuestras vidas y en la oscuridad de nuestras investigaciones; momentos de claridad iluminan nuestro camino como reverberaciones de relámpagos’.
‘El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros los que las jugamos’.
‘El estilo adecuado de la historia, es decir, su estilo verdaderamente filosófico, es el irónico’.
‘El medio más seguro para no llegar a ser muy infeliz es no pretender ser muy feliz’.
‘En nuestra parte monogámica del mundo, se llama ‘casados‘ [a quienes] reducen a la mitad sus derechos y duplican sus obligaciones’.
‘Hay solamente un error congénito y es la noción de que existimos para ser felices’.
‘Hay que pensar como la minoría y hablar como la mayoría’.
‘La conmiseración con los animales está íntimamente unida con la bondad de carácter; de tal manera que se puede afirmar, de seguro, que quien escruel con los animales no puede ser buena persona’.
‘La felicidad es solamente la ausencia del dolor’.
‘La genialidad es tan útil para la vida práctica como <lo es> un telescopio cósmico en el teatro’.
‘La verdad no es una ramera que se arroje al cuello de quien no la desea; al contrario, es una beldad tan desdeñosa, que aunque le sacrifiquemos todo nunca podremos estar seguros de sus favores’.
‘La vida es sólo la muerte aplazada’.
‘La vida es un negocio cuyos ingresos no alcanzan, ni de lejos, a cubrir los gastos’.
‘La vida oscila entre el dolor y el hastío’.
‘La vida y los sueños son páginas de un mismo libro; leerlo en orden es vivir; ojearlo es soñar’
‘Lo que la lluvia es para el fuego, eso es la lástima para la ira’.
‘Los hombres vulgares sólo piensan en cómo pasar el tiempo. Un hombre inteligente procura aprovecharlo’.
‘La necesidad de sociedad, nacida del vacío y la monotonía del propio interior, empuja a los hombres los unos hacia los otros’.
‘Mis semejantes, sobre todo si son jóvenes como yo, se sienten en todas las circunstancias de la vida como alguien que tiene puesta una ropa que no es de su talla’.
‘Muchas veces las cosas no se le dan al que las merece más, sino al que sabe pedirlas con insistencia’.
‘Nada es tan implacable ni tan cruel como la envidia; y, sin embargo, en despertarla es en lo que principalmente nos esforzamos, de manera constante’.
‘Nadie ha vivido en el pasado y nadie vivirá en el futuro, sino que toda vida es únicamente en el presente. El presente constituye el único patrimonio de la vida, que nunca puede serle arrebatado. Es el único consuelo de la fugacidad del individuo, mientras esté ahí la voluntad de vivir’.
‘Natura nihil facit frustra [la naturaleza no hace nada en vano]. Entonces, ¿por qué me dio a mí tantos y tan profundos pensamientos si no iban a encontrar ninguna simpatía entre la gente?’.
‘No discutamos la opinión de nadie. Pensemos que, si quisiéramos quitarle de la cabeza a alguien todos los absurdos en que cree, podríamos alcanzar la edad de Matusalén sin haber acabado’.
‘Nuestro mundo civilizado no es más que una mascarada donde se encuentran caballeros, curas, soldados, doctores, abogados, sacerdotes, filósofos, pero no son lo que representan, sino solo la mascara, bajo la cual, por regla general, se esconden especuladores de dinero’.
‘No sólo las acciones de otros, también las nuestras las comprendemos a veces únicamente al cabo de muchos años’.
‘Nuestras virtudes morales favorecen principalmente a otros, las intelectuales, por el contrario, ante todo a nosotros. Por eso aquéllas nos hacen queridos de todos, y éstas, odiados’.
‘Pocas veces pensamos en lo que tenemos; pero siempre en lo que nos falta’.
Se dice que la maldad se expía en aquel mundo; pero la estupidez se expía en éste.
‘Sería bueno comprar libros, si se pudiera comprar a la vez el tiempo para leerlos; pero casi siempre se confunde la compra de los libros con la apropiación de su contenido’.
‘Sólo se puede ser totalmente uno mismo mientras se está solo: quien, por tanto, no ama la soledad, tampoco ama la libertad; pues únicamente si se está solo se es libre’.
‘[El amor] sólo se trata de que cada macho se ayunte con su hembra’.
‘Su muerte es para cada cual el ocaso del mundo’.
‘Tanto prevalece la salud por sobre todos los bienes exteriores que probablemente un mendigo sano sea más feliz que un rey enfermo’.
‘Toda verdad atraviesa tres fases: primero, es ridiculizada; segundo, recibe violenta oposición; tercero, es aceptada como algo evidente’.
‘Todo nuestro mal viene {del hecho} de que no podemos estar solos’.
‘Uno debe acostumbrarse a oír todo sin inmutarse, incluso las historias más descabelladas, ponderando la insignificancia de quien habla y sus opiniones, y absteniéndose de cualquier discusión. Ello permitirá luego recordar la escena con satisfacción’.
‘La razón principal por la que un acontecimiento desgraciado es menos difícil de soportar cuando lo hemos considerado de antemano como posible y hemos tomado nuestras medidas, como suele decirse, es que, cuando pensamos con calma en una desgracia antes de que se produzca, como en una simple posibilidad, vemos claramente su extensión y desde todos los puntos; y entonces tenemos noción de ella, como de algo definido y fácil de abarcar de una mirada; de modo que, cuando llega efectivamente, no puede obrar con más gravedad que la que en realidad tiene. Si, por el contrario, no hemos tomado estas precauciones, si somos alcanzados sin preparación, el espíritu asustado no puede en el primer momento medir exactamente su extensión; y, no pudiendo apreciarla de una ojeada, se inclina a considerar la desgracia como inconmensurable, o, al menos, como mucho mayor de lo que es en realidad. De esta manera la oscuridad y la incertidumbre agrandan el peligro. Añadamos que ciertamente, considerando de antemano una desgracia como posible, hemos meditado al mismo tiempo sobre los motivos que tendremos para consolarnos de ella y sobre los medios de remediarla, o al menos nos habremos familiarizado con su existencia’.
‘Nuestra vida práctica, real, cuando las pasiones no la agitan, es aburrida y monótona; cuando la agitan, se hace muy pronto dolorosa; por eso sólo son felices aquellos que han recibido en patrimonio una suma de inteligencia que excede la medida que reclama el servicio de su voluntad. Así, además de su vida afectiva, pueden vivir una vida intelectual que les ocupa y les divierte sin dolor, pudiendo mantenerla vivaz y atareada. El simple ocio, es decir,la inteligencia desocupada al servicio de la voluntad, no basta; para eso es preciso un excedente de fuerza positivo que nos haga aptos para una ocupación puramente espiritual y no dedicada al servicio de la voluntad; al contrario, ‘otium sine litteris. mors est et • hominis vivi sepultura’ [el ocio sin la literatura es la muerte y la sepultura del hombre vivo]. En la medida de este excedente, la vida intelectual que existe al lado de la vida real presentaría innumerables gradaciones, desde los trabajos del coleccionador que describe los insectos, los pájaros, los minerales o las monedas, hasta las más elevadas producciones de la Poesía y de la Filosofía’.
‘A la filosofía nada mejor podría ocurrirle que esto: que se suprimieran todas las cátedras universitarias de filosofía. Con ello se eliminarían el mayor de todos los inconvenientes, a saber: que quienes buscan la verdad colisionen con quienes sólo buscan un pedazo de pan y cuyas disputas y políticas perturban de múltiples modos a aquellos, pero nunca los ayudan’.
‘Cuando leo que Plinio el Viejo leía o hacía que le leyesen continuamente, en la mesa, en los viajes, en el baño, la pregunta que a mí me importuna es ésta: ¿Pero es que ese hombre tenía una carencia total de pensamientos propios que era preciso estar insuflándole sin interrupción pensamientos ajenos?’.
‘Debo confesarlo sinceramente. La vista de cualquier animal me regocija al punto y me ensancha el corazón, sobre todo la de los perros, y luego la de todos los animales en libertad, aves, insectos, etc. Por el contrario, la vista de los hombres excita casi siempre en mi una aversión muy señalada, por que con cortas excepciones, me ofrecen el espectáculo de las deformidades más horrorosas y variadas: fealdad física, expresión moral de bajas pasiones y de ambición despreciable, síntomas de locura y perversidades de todas clases y tamaños; en fin, una corrupción sórdida, fruto y resultado de hábitos degradantes. Por eso me aparto de ellos y huyo a refugiarme en la naturaleza, feliz al encontrar allí a los brutos’.
‘En la vida ocurre lo que en el ajedrez. Trazamos un plan, pero ese plan está condicionado por lo que quiera hacer, en el ajedrez, el adversario, y en la vida, el destino. Las modificaciones que el plan sufre con ello son casi siempre tan grandes que en su ejecución apenas resulta ya reconocible en algunos de sus rasgos básicos’.
‘En un joven es una mala señal, tanto en el aspecto intelectual como en el moral, que sepa orientarse muy pronto en los asuntos y manejos humanos, que enseguida se encuentre en ellos como en su propia casa y entre en ella como si ya estuviera preparado. Es un anuncio de vulgaridad. Por el contrario, un comportamiento sorprendido, vacilante, torpe y errado en los citados aspectos indica una naturaleza de índole más noble’.
‘En verdad, si se considera por una parte el arte, la riqueza, el inmenso número de los medios puestos en acción, y por otra parte el fruto insignificante del resultado, es preciso convenir que la vida es un mal negocio, un negocio en el que los beneficios ni siquiera cubren los gastos’.
‘Estaría bastante en lo cierto si afirmase que la así llamada filosofía de este Hegel es una colosal mistificación, que proveerá a la posteridad con una inagotable fuente de risas a costa de nuestro tiempo, que es una pseudo-filosofía que paraliza la mente, asfixia todo pensamiento real, y, mediante el más inaceptable uso del lenguaje, pone en su lugar la cháchara más vacía, sin sentido, sin pensamiento, y, como ha sido confirmado por su éxito, la que mejor consigue adormecer a la inteligencia’.
‘La especie más barata de orgullo es el orgullo nacional. Pues denota en el que adolece de él la falta de cualidades individuales de las que pudiera estar orgulloso, ya que si no, no se aferraría a lo que comparte con tantos millones’.
‘La piedad, principio de toda moralidad, toma también a los animales bajo su protección. La pretendida carencia de derechos de los animales, el prejuicio de que nuestra conducta con ellos no tiene importancia moral, de que como se suele decir, no hay deberes para con los irracionales, todo esto es ciertamente una grosería que repugna, una barbarie de Occidente, que toma su origen del judaísmo. Es necesario a estos desdeñosos de los brutos, a esos occidentales judaizantes, que igual que ellos fueron amamantados por sus madres, el perro también lo fue por la suya’.
‘Las relaciones cotidianas son tales que con la mayor parte de nuestros buenos conocidos no volveríamos a intercambiar una sola palabra si oyésemos lo que dicen de nosotros en nuestra ausencia’.
‘Me dicen que abra los ojos y contemple las bellezas que el sol alumbra; que admire sus montañas, sus valles, sus torrentes, sus plantas, sus animales y no sé cuantas cosas más. Pero entonces, ¿el mundo no es más que una linterna mágica? Ciertamente el espectáculo es espléndido, pero en cuanto a representar allí algún papel, eso es otra cosa’.
‘Me había percatado de la diferencia entre mi persona y los seres humanos desde muy temprano; pero pensaba: primero conoce a un centenar de hombres y seguramente encontrarás al ser humano que buscas; luego pensé: lo encontrarás si buscas entre mil; y por último: habrá de aparecer, aunque sea entre decenas de miles de personas. Finalmente llegué a la conclusión de que la naturaleza es infinitamente más pobre de lo que yo pensaba, y que debo soportar la solitude of Kings [soledad de los reyes] con dignidad y resignación’.
‘Querer es esencialmente sufrir, y como vivir es querer, toda vida es por esencia dolor. Cuanto más elevado es el ser, más sufre… La vida del hombre no es más que una lucha por la existencia, con la certidumbre de resultar vencido. La vida es una cacería incesante, donde los seres, unas veces cazadores y otras, cazados, se disputan las piltrafas de una horrible presa. Es una historia natural del dolor, que se resume así: querer sin motivo, sufrir siempre, luchar de continuo, y después morir… Y así sucesivamente por los siglos, de los siglos hasta que nuestro planeta se haga trizas’.
‘¡Qué novato es quien se figura que mostrar espíritu e inteligencia es un medio de hacerse querer en sociedad! Antes bien, tales cualidades excitan en la preponderante mayoría de la gente un odio y un rencor que resultan tanto más amargos cuanto que quien los siente no está autorizado a denunciar la causa que los origina e incluso la disimula ante sí mismo’.
‘Siempre me resultó un obstáculo en mi vida y en todo lo que emprendí que hasta una edad bastante avanzada no fuera capaz de formarme una idea lo suficientemente clara de la pequeñez y miseria de los hombres’.
‘Si reinase la justicia bastaría con haber construido nuestra casa y no se necesitaría otra protección que la del derecho público de propiedad. Pero como lo que está a la orden del día es la injusticia, se exige que quien ha construido su casa esté también en condiciones de protegerla; de lo contrario, es incompleto su derecho a ella y el agresor tiene el derecho de la fuerza bruta. – Ésa es la norma por la que se han regido los Estados Unidos de Norteamérica para lanzarse sobre México’.
‘Toda sociedad exige, necesariamente, un acomodamiento recíproco, un temperamento; así cuanto más numerosa es, más insípida se hace. No se puede ser verdaderamente uno mismo, sino mientras está uno sólo; por consiguiente, quien no ama la soledad, no ama la libertad, porque no es uno libre sino estando solo’.