Puesto que la vida de ustedes carece de compasión, de felicidad, les queda sólo un placer: el sexo. Por lo tanto, se vuelve un problema en constante crecimiento. Los ideales de ustedes, sus disciplinas, no les liberarán de este problema. Podrán reprimirlo, sujetarlo; pero la represión no es comprensión creadora y felicidad. Sin amor, hay un estado constante de miedo (15).
Decimos que somos felices porque tenemos dinero, una posición, o algunos medios de sensación; pero eso no es ciertamente felicidad. La felicidad es un estado del ser en el que no hay dependencia; pues donde hay dependencia hay temor, y un hombre miedoso jamás podrá ser feliz, por mucho que disimule su miedo (50).