La disciplina existe sólo como una medida de resistencia; de lo contrario, el pensamiento no se disciplina. Esta disciplina, que es resistencia, surge cuando no hay comprensión. Cuando un problema se comprende, el problema deja de ser; no así cuando lo resistimos. Si usted comprende la causa de la arrogancia y su efecto, entonces no tiene que disciplinarse contra ella. Disciplinarse contra la arrogancia, implica orgullo de ‘llegar a ser’ otra cosa. Resulta fatigoso comprender lo que es; para comprender lo que es, o sea, la arrogancia, no debe haber distracción, la distracción de su opuesto, la humildad. Para comprender, tiene que haber concentración completa sobre lo que es, concentración que no tiene un carácter exclusivo. La disciplina contra la tentación consiste en crear una resistencia, y la resistencia es violencia, la cual es muerte (15).
El pensador [el Yo] es el creador de los problemas, y resiste o disciplina sus pensamientos, para enfrentarse a lo que él mismo ha creado. La disciplina existe sólo como una medida de resistencia; de lo contrario, el pensamiento no se disciplina. Esta disciplina, que es resistencia, surge cuando no hay comprensión (15).
Para la mayoría de nosotros la disciplina es una forma de ejercicio, de repetición. Superar un obstáculo, resistir, reprimir, controlar, adaptarse, ajustarse, todo ello está contenido en la palabra disciplina (72).
La vieja cultura ha dicho que uno debe disciplinarse, y esta disciplina empieza con los hijos en el hogar, luego en las escuelas y colegios, e inmediatamente prosigue a lo largo de toda la vida. Ahora bien, esa palabra ‘disciplina’ significa aprender. No quiere decir ejercitar, ajustarse, reprimir, etc. (57).