El poder en sí es una ilusión nacida de la limitación egoísta, del temor (13).
Donde hay temor tiene que haber disciplina, compulsión, influencia, dominación, la búsqueda de poder que la mente glorifica como virtud, como algo divino (13).
La codicia, como el temor, crea el poder de la acción (46).
Todos nosotros queremos dominar cuando no comprendemos; queremos poseer o ser poseídos cuando hay temor de nosotros mismos. La incertidumbre de nosotros mismos contribuye a un sentimiento de superioridad, exclusión y aislamiento (53).