Me contaron que el Hatha Yoga [práctica de posturas corporales] con todas sus complicaciones fue inventado hace cerca de tres mil años. Esto me lo contó un hombre que había estudiado toda la cosa muy cuidadosamente. En aquellos tiempos, los gobernantes del país debían mantener muy claros sus cerebros y sus pensamientos, y para eso masticaban cierta clase de hoja proveniente de los montes Himalayas. Con el paso del tiempo la planta se secó, y entonces tuvieron que inventar un método por el cual las diversas glándulas del sistema pudieran mantenerse sanas y vigorosas. Así fue como inventaron los ejercicios del Yoga para conservar el cuerpo sano y, en consecuencia, tener una mente clara y activa. La práctica de ciertos ejercicios -asanas, etc.- mantiene las glándulas sanas y en actividad. Ellos también descubrieron que el correcto modo de respirar ayuda no a alcanzar la iluminación pero sí a conservar la mente, las células cerebrales, con suficiente provisión de aire a fin de que funcionen bien (57).