Cuando de modo voluntario, espontáneo, estamos integralmente conscientes del proceso de la ignorancia, comienza a manifestarse la inteligencia, la cual puede afrontar todas las influencias que nos condicionan. Estamos interesados en el despertar de esta inteligencia, de este amor; es lo único que puede liberar de la lucha a la mente y al corazón.
El despertar de esta inteligencia, de este amor, no es el resultado de una moralidad disciplinada, sistematizada, ni un logro que pueda buscarse, sino que es un proceso de constante percepción alerta.