P: ¿descarta usted todo sistema de filosofía, aun el Vedanta, que enseña la renunciación?
Krishnamurti:
Usted debería preguntarse por qué necesita un sistema, no por qué yo lo descarto. Piensa que los sistemas ayudan al individuo a desarrollarse, a realizarse, a comprender. ¿Cómo puede un sistema o una técnica darle jamás la iluminación [a una mente confusa, condicionada]? Ésta adviene gracias a su propio y recto esfuerzo, a su propio discernimiento del proceso de la ignorancia. Para discernir, la mente debe estar libre de prejuicios, pero ahora, como la mente está llena de prejuicios y no puede discernir, es indudable que ningún sistema puede liberarla del prejuicio. Todo cuanto un sistema puede decirle es que no tenga prejuicios, o puede señalar diversas clases de prejuicios, pero es usted quien debe hacer el esfuerzo de librarse de ellos.
No hay tal cosa como la renunciación. Cuando uno comprende los valores genuinos de la vida, la idea de la renunciación no tiene sentido. Cuando no los comprende, hay temor, y entonces existe la esperanza de liberarse del temor mediante la renunciación. La iluminación, el esclarecimiento no llega por medio de la renunciación.
Usted piensa que alejándose de la realidad que implica la existencia cotidiana, va a encontrar la verdad. Por el contrario, encontrará la verdad sólo a través de la existencia cotidiana, de los contactos humanos, de las relaciones sociales y por la vía de la reflexión y el amor.